domingo, 13 de noviembre de 2005

La maniFede de cuatro obispos

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Félix Población

Se conoce que se lo pensaron los monseñores. O que para faltar unos cuantos -los de Cataluña, País Vasco y casi todos los de Andalucía-, mejor imitaban a su jefe Blázquez, que se abstuvo desde el primer momento. Quizá fuera lo más conveniente para no dar pábulo a que las ausencias se interpretasen por divergencias en el seno de la institución.

No está claro si los más airados, don Rouco y Cañizares, asomaron las gafas, a no ser que fueran emboscados entre la muchedumbre. Una cronista de Cuatro cifró la comparecencia de obispos en el número de su cadena. Al parecer fueron seis. ¡Inaudito! ¿Para eso tanta bullanga organizativa? ¿A qué tanta homilía y tanto pasquín si a la postre iba a faltar el liderazgo casi en pleno de la santa casa, llamado en principio a defender las esencias de la libertad de enseñanza, tal como obra en su histórico proceder más próximo?

Menos mal que para arengar el cotarro desobispado no faltó don Federico el de la Cope, glosador en vivo de la convocatoria, que lució para la ocasión, como no podía ser menos, su mejor ortopedia ditirámbica. En honor a sus méritos, buena parte de los concurrentes vocearon más su nombre que el motivo de la cita.

Es un dato más a considerar cuando en este diario se dijo, y no a humo de pajas, que lo del voceras turolense y compañía cuajará en partido político, en connivencia, por ejemplo, con tránsfugas como el diputado popular valenciano que se las piró del PP en busca de más extremas y duras esencias. Lo que empieza por oriente puede seguir por poniente, ojo a Galicia.

Don Fede no se entretuvo en contar las ausencias de sus jefes, por supuesto. Personalmente, aparte de parecerme significativas como indicio de discrepancias, me remuerde una pequeña duda: ¿No será que desde El Vaticano han llamado a la templanza a los monseñores? ¿Tendrá que ver la sorpresiva charla entre nuestra vicepresidenta y el cardenal Sodano con esa hipotética apelación?

Recuérdese que hay unos tratados con la Santa Sede pendientes de revisión necesaria y que la iglesia española, por mucho que ponga el grito en el cielo, sigue gozando de unos privilegios de los que no disfruta en el resto de la Unión Europea.

¿Sabían ustedes, por cierto, que el número de creyentes católicos está descendiendo cada año en Iberoamérica ante la oferta más sugerente y próxima de otras religiones cristianas? Eso también se sabe en El Vaticano, al que no le caben dudas asimismo acerca del papel que como referente tiene la católica España para esa comunidad de naciones.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La pérdida de creyentes de la iglesia católica en Iberoamérica tiene muy preocupado al Vaticano. Ahí tiene la iglesia su mayor influencia y malo sería que por rivalidad con el gobierno de España, tan decisivo en las relaciones interncaionales con esos países, la iglesia se resintiera aún más.

Anónimo dijo...

Dice Acebes que Zapatero crispa, el muy crispador, si es que ya no saben qué decir, dan pena, se creerán que así van a recuperar el poder, están jugando con juego y se van a quemar más de lo que están.

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