Félix Población
Pues resulta que no sólo en España tiene la católica iglesia roces con el Gobierno. La viñeta de Daniel Paz y Rudy (Página 12) que ilustra estas líneas, adaptable al ciento por ciento a nuestra realidad presente, no corresponde como pudiera parecer a nuestro país sino a la siempre admirada y querida Argentina. Allí también están un tanto alteradas las relaciones entre la institución vaticana y el Estado que administra el presidente Kirchner.
Como últimamente suele ocurrir en España cuando los obispos se reúnen en asamblea plenaria, los monseñores argentinos se han despachado a gusto en sus críticas al gobierno a través de uno de esos documentos propios de su jerarquía que llevan el nombre de pastoral.
Considera la Conferencia Episcopal Argentina que se están dando en el país manifestaciones violentas por parte de sectores excluidos del mundo del trabajo, que podrían degenerar en peligrosos enfrentamientos sociales. El texto, que lleva por título Una luz para reconstruir la Nación, califica de grave el crecimiento escandaloso de la desigualdad y el incremento de la marginación.
Al señor Kirchner no le ha gustado nada que la iglesia católica actúe como un partido político de oposición, sobre todo cuando sus críticas son rebatibles. En Argentina es apreciable una mejor distribución de la riqueza, una sensible reducción de la indigencia y un descenso notable de la desocupación.
Pero aunque las rigurosas críticas de los respetables monseñores fueran ciertas, ¿a que viene ese incisivo celo contemporáneo por los terrenales asuntos de la vigente gobernación? ¿No tuvieron oportunidad de ejercerlo cristianamente en un pasado ignominioso bastante reciente para su país, a fin de utilizar su influencia en evitación de tanta muerte ejecutada desde las máximas instancias del Estado?
PS.-A modo de información complementaria, que no considero ajena a las actuales relaciones Iglesia-Estado en Argentina, léanse las declaraciones del ministro de Salud acerca del sida y el preservativo.
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