viernes, 4 de noviembre de 2005

Iglesia y sexo

Félix Población

Con frecuencia recurro al diario argentino Página/12, uno de esos excelentes periódicos que es preciso consultar si se quiere tener una perspectiva actual de la realidad iberoamericana. La calidad de sus profesionales permite encontrar artículos como el de Luis Bruschtein relativo a un asunto que España comparte con aquel querido país. Se trata de la obsesiva dependencia que la doctrina espiritual y moral de la católica iglesia observa con el sexo.

Como en España, se dan allí determinados ministros de la institución extremadamente celosos de que la corrupción sexual no avance con su ola de impudicia y libertinaje sobre el más tierno mocerío. Es el caso del arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, de quien se cuentan sus arrebatos de enojo ante las campañas impartidas en las escuelas públicas sobre el uso del preservativo.

El articulista argentino considera que la condena de esa práctica por parte de la iglesia vaticana en una época masiva y mortalmente azotada por el sida es comparable a la de los Testigos de Jehová con las transfusiones de sangre, si bien a éstos no se les prohíbe o excluye de las explicaciones sobre las mismas.

El arzobispo ultraconservador, tan sensible a inmiscuirse en la vida sexual de sus fieles, no suele visitar las barriadas humildes, pero sí quiso apuntarse a la ceremonia por Carlitos Cajade, un cura implicado en la vida cotidiana de uno de esos barrios marginales de La Plata y a quien monseñor Aguer había tratado con una cierta hostilidad. Con suma coherencia, la feligresía no admitió al señor arzobispo y rechazó su presencia para que oficiara la misa de difuntos por su buen pastor.

El caso es digno de reseña por la evidencia cada vez más contrastable entre la iglesia llamada de base, que vive y trata de encarnar con su práctica la doctrina evangélica, y una jerarquía mórbidamente contraída en la rigidez de los dogmas. El poder sustenta a ésta en un creciente vacío y la otra se sotiene en una siempre revitalizadora proyección solidaria de ejemplo y compromiso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que muchos pensamos es que esa iglesia de base fraternal y solidaria sirve de base a su vez, sin que lo pretenda, a la iglesia jerárquica del poder, y eso tendría que tener algún tipo de ruptura. ¿O no?

Anónimo dijo...

¿Será porque se complementan?

Publicar un comentario