Abortos y pánico en Gaza

Celestina Tenerías

Desde que se fueron los colonos judíos y Gaza volvió a ser palestina, ese pequeño territorio y quienes lo ocupan viven bajo los efectos de una tensión permanente, más propia de un extenso campo de concentración custodiado por Israel que de un ámbito libre y autónomo con perspectivas de asentar una pacífica convivencia.

Hay una querella interpuesta por Médicos por los Derechos Humanos de Israel y la Comunidad para el Programa de Salud Mental de Gaza a fin de prohibir el vuelo rasante de los aviones supersónicos judíos sobre ese territorio. Las consecuencias físicas y psíquicas sobre la población palestina vienen siendo denunciadas por esas asociaciones sin que su voz apenas llegue a occidente.

A esos vuelos se los conoce por falsos bombardeos y representan un auténtica agresión intimidatoria contra la población civil hasta el punto de repercutir gravemente en su vida cotidiana. Los horrísonos estruendos que producen los aviones al romper la barrera del sonido vienen ocasionando un sensible incremento de abortos espontáneos entre las mujeres palestinas y frecuentes ataques de pánico entre los niños.

Según las fuentes de esta noticia, publicada por diarios de tanta solvencia como The Independent y La Jornada, la mayor intensidad de los vuelos coincide con el paseo matinal de los colegiales cuando van a la escuela. No olvidemos que entre los hebreos más recelosos los niños palestinos no son niños sino terroristas potenciales.

Para favorecer esa inclinación es preciso, por eso, que aprendan el odio en sus horas lectivas. ¿Qué otra cosa pueden sentir ante sus hogares acosados y la muerte de sus hermanos en los vientres de las madres?