sábado, 1 de octubre de 2005

Las prebendas de la Iglesia

Félix Población

En tanto que ciudadano de un Estado que ha dejado hace mucho de ser confesional, como lo fuera en los malhadados tiempos de la dictadura, considero que la católica iglesia, por mucha que sea su impronta teórica o practicante en una mayoría de españoles, no debería nutrirse del maná del gasto público.

El sostenimiento de una poderosa institución que agrupa a un total de 40.000 organismos entre 67 diócesis, 23.000 parroquias, más de 14.000 asociaciones y fundaciones y cientos de órdenes y congregaciones debería ser competencia de quienes como feligreses comulgan en fe única y común solidaridad con el credo apostólico y romano.

Soy de los que piensa que la corriente subversiva que anima a la jerarquía eclesiástica en contra de las directrices educativas del gobierno socialista, esa reiterada concurrencia de los obispos en manifestaciones y convocatorias donde haya algo que reprochar al actual ejecutivo, obedece a una estudiada estrategia de presión con la que advertir del incómodo peso de la institución caso de que se le reduzca la aportación financiera del Estado. Tal parece que cada vez que se arraciman bajo una pancarta los señores obispos, por sobre las leyendas inscritas para la ocasión se leyera una tácita y fundamental: no nos toquen el maná, no nos toquen el maná, que si no aquí nos tienen, congregando a las enfervorizadas masas.

Pero algo habrá que hacer con esos añejos privilegios, tal como en repetidas ocasiones sugirió el Partido Socialista cuando desde la oposición podía permitírselo. Pendiente está aún la retirada del dinero acumulado por los contribuyentes a cuenta del IRPF y que la católica iglesia seguirá percibiendo hasta el año que viene merced a la prórroga concedida por el actual gobierno.

Sujetas están asimismo a revisión, cuando así lo demande el fin del vigente acuerdo con la Santa Sede a últimos de año, las prebendas concedidas por el Ministerio de Hacienda, cuyas concesiones se basan en no cobrar a la iglesia el IVA por la venta de objetos, los impuestos sobre el patrimonio, las cesiones y las sucesiones y el impuesto sobre bienes inmuebles.

¿Se imagina el memorioso lector cuál sería la actitud de sus eminencias los monseñores pancarteros, apoyados siempre por su Partido Popular, si en lugar de lo aquí apuntado se cuestionase la al parecer intocable financiación de los colegios concertados dependientes de la iglesia, así como su patrimonio cultural y sus organizaciones asistenciales?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La gente con escrúpulos sabe que la iglesia es fundamental en la historia de España y el anticlericalismo barato no vende entre personas con un cierto nivel cultural. El estado debe amparar a una institución que dígase lo que se diga representa a una mayoría muy importante de ciudadanos y sin la cual quizá se resintiera la convivencia entre los españoles. Sépalo usted, don Félix, y el memoriosos lector que usted dice.

Anónimo dijo...

Los únicos que hasta ahora recuerdan lo peor de nuestra historia han sido los curas y sus socios del PP, señor Carreño.

Anónimo dijo...

Melandru, Melandru...¿Y quién será Melandru entre mis caros deudos del recuerdo jovellanil? Sí que nos hicieron descreer aquellas rancias estantiguas...

Anónimo dijo...

Exigir que la Iglesia Católica viva un cristianismo auténtico no es ser un descreído. Quizás todo lo contrario. Lo reclaman muchos católicos, aunque no sean obispos. Hace años que la Iglesia española sabe que el "chollo" del franquismo debe acabarse. Y que para ser libre y creíble la Iglesia debe ser mantenida por sus propios medios y fieles. Y en todo caso recibir el mismo trato que parecidas instituciones.

Anónimo dijo...

Sí, pero esa iglesia creyente y coherente está en las catacumbas, no es la que despunta en las manifestacíones ultraconservadoras, y algo habrá que hacer para que su voz deje de ser un cero a la izquierda de la institución.

Anónimo dijo...

Esta Iglesia de las "catacumbas" (tampoco es eso, no la persigue nadie), si es coherente, no va a usar jamás los medios "mundanos" de toma del poder o consecución del éxito para ejercer su misión en el mundo. Es lo de la levadura y la masa. Los medios son discretos, humildes, casi ni se notan. A veces son anónimos.Y su eficacia no la mide el barómetro político, ni el ningún poder.

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