sábado, 22 de octubre de 2005

Caballero Ruiz Gallardón

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Félix Población

Tal y como está el patio político, infecto de destemplanzas y torpeza de miras, el gesto de ayer de don Alberto Ruiz Gallardón es digno del más sincero elogio. No es la primera vez, ni será la última, en que el actual alcalde de Madrid ejerza de caballero ante un acto que reclamaba su presencia al margen de que el homenajeado represente otras ideas muy distintas a las del señor Ruiz Gallardón.

En este caso se trataba del periodista y escritor don Eduardo Haro Tecglen, fallecido recientemente, a quien el mundo de la cultura y el periodismo quiso recordar ayer tarde en el teatro Español, totalmente repleto de un público conmovido ante el carácter de la convocatoria.

Haro representaba en espíritu y letra la vigencia de una izquierda crítica y republicana, fundida con su propia biografía y formación intelectual. Marginado por eso a la última página del periódico impreso más influyente de España, hizo posible con el vigor y rigor de su pluma que ese diario se abriera preferentemente desde atrás por parte de muchos lectores.

La presencia del alcalde de Madrid contrastó ayer con la muy contada asistencia de representantes del Partido Socialista y del actual gobierno. El propio don Alberto supo ganarse en persona el sentido de su visita al viejo teatro madrileño con unas declaraciones sobre su ex presidente que denotan su dignidad política.

Tras la ensalzadora referencia de don Mariano Rajoy acerca de la multiplicación hasta el infinito de los valores de don José María Aznar, el señor Ruiz Gallardón ha precisado que sólo con el distanciamiento temporal suficiente se podrá juzgar la ejecutoria de don José María, de modo que en lugar de pasiones se utilcen razones y los argumentos sustituyan a los sentimientos.

Lo que no puede decir el señor Ruiz Gallardón es que ni pasiones ni sentimientos mueven a los acomodaticios. Sólo intereses, y éstos, hoy en día, rinden tributo al permanente encono.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tiene usted muy mala uva, don Félix.

Anónimo dijo...

¿Para cuándo el partido de centro integrador?

Anónimo dijo...

Es una forma de hacer méritos, ser caballero, que por infrecuente puede darle resultado.

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