viernes, 2 de septiembre de 2005

Katrina deja en evidencia a Bush



Lazarillo

Es muy posible que de andar Bush en etapa reelectoral -algo que por suerte no va a volver a repetirse-, sus tardíos reflejos en acudir in person a los Estados de la Unión arrasados por el huracán Katrina no hubieran quedado en evidencia ante los norteamericanos. Estoy convencido de que el presidente habría sobrevolado de inmediato la zona en helicóptero y hasta se habría vestido de pescador de río para estrechar las manos de sus desolados conciudadanos y lucir una solidaria instantánea.

A falta de esa perspectiva, Mr. Bush se quedó en su rancho de veraneo en Tejas y toda su administración se comportó con la misma negligencia ante la mayor catástrofe natural sufrida por la nación en muchos años. Las imágenes que durante toda esta semana hemos podido presenciar a través de la televisión revelan no sólo la magnitud del desastre causado por el impetuoso huracán, sino la desidia o incompetencia con que se ha tratado y se está tratando a los millares de víctimas.

Un total de 60.000 personas sobrevive aún en la ciudad de Nueva Orleáns sin agua potable y con escasez de víveres, el riesgo de epidemias aumenta a medida que no se ataja con la contundencia y diligencia sanitarias requeridas esa posibilidad y las bandas armadas, capaces de recibir a tiros a los helicópteros militares, han desatado el saqueo y la rapiña sin que las fuerzas policiales hagan o puedan hacer nada por evitarlo.

Tal parece, con ser los Estados siniestrados los más pobres del país, que cuanto está sucediendo en ellos proviene de cualquiera nación subdesarrollada y sujeta a todas las miserias. Pero ocurre en los Estados Unidos de Norteamérica, la más poderosa nación del planeta, la misma que invierte al mes casi seis millones de dólares en la ocupación por afán de conquista de Irak.

En ese lejano país, a 12.000 kilómetros de distancia, está buena parte de la Guardia Nacional que debería haber cumplido en su patria tan humanitaria misión. Como mucho antes que los equipos médicos, los víveres, el agua y demás equipos de socorro llegaron al escenario de la tragedia los periodistas y las cámaras de televisión, el mundo ha podido asistir en vivo y en directo al flagrante y descomunal derroche de impericia por parte de la administración Bush. Acaso porque, enajenada por el espíritu de petrolera conquista, sus dirigentes han perdido la brújula de la humanidad.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

El imperio está "tocado", no sólo por las catástrofes que genera su política (las torres gemelas, muertes en Irak), sino por la decadencia de sus valores humanos y sociales, evidenciada ahora con la reacción nacional ante las catástrofes naturales.

Anónimo dijo...

¿Y qué dice la "oposición" demócrata? Silencio. Hasta ahora sólo han hecho crítica los congresistas de color por harto evidencia de que han sido los ciudadanos de color los más damnificados por la catástrofe. También Katrina dejó en evidencia la desigualdad social y racial existente en USA.

Anónimo dijo...

Demócratas y republicanos son de similar pelaje y en cuanto a los diputados de color, es sólo demagogia de color.

Anónimo dijo...

¿Y qué superproducción cinematográfica hará ahora Hollywood con esta catástrofe? ¡Y lo bien que se venderá la democracia americana con ellas!

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