miércoles, 31 de agosto de 2005

La pertinaz sequía y el pertinaz despilfarro

Lazarillo

Desde 1947 no padecía España una sequía tal como la de este año. Con esta frase quise sugerirle a mi vecino de parcela que dejara de inundar la acera de nuestra calle con el derroche de riego que propina a su jardín. Hasta ese día nos tratábamos con amabilidad. Desde entonces apenas nos hablamos como consecuencia de la discusión que siguió a mi enunciado.

Muchos de nuestros conciudadanos son como mi vecino. Su ignorancia, por falta de información o simple desfachatez, constituye un auténtico atentado a un bien común cada día más escaso. Téngase en cuenta que los niveles de precipitaciones en nuestro país son en algunas zonas inferiores a los del desierto y que ese sólo dato debería valer, en una circunstancia como la presente, para concienciar a toda la población. Otro sería tan ilustrativo como el que sigue: Mientras en el Tercer Mundo cada persona consume 10 litros por persona y día, aquí el gasto medio es de 167.

Para Green Peace, España ha entrado en una dinámica de difícil retorno con una posibilidad de que las precipitaciones se reduzcan en un 8 por ciento en el próximo medio siglo. Los meteorólogos oficiales estiman que la sequía, antes que al cambio climático, se debe a uno de los ciclos que suelen darse en la península cada diez años.

Las pérdidas ocasionadas en la agricultura y ganadería este verano superan los 2.000 millones de euros. Lo peor es que la perspectiva para el otoño entrante no es nada halagüeña. Ante tal coyuntura, algunos ayuntamientos y Comunidades han puesto en marcha medidas de ahorro que deberían abarcar a toda la geografía nacional. Más que nada por importunar a vecinos como el que me ha tocado en suerte con una rigurosa llamada de atención.

Un último dato para cerciorarnos en conciencia del derroche que ha de paliar con urgencia y severidad nuestro país: cada vez que tiramos de la cadena del retrete superamos el consumo por día y persona de un habitante del Tercer Mundo en 5 litros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La única solución para evitar el derroche, ahora que se suben los impuesto del alcohol y del tabaco, sería vender más cara el agua.

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