martes, 10 de mayo de 2005

Humanidades mutiladas, humanidad ídem

Félix Población

Los términos de la aniquilación se conciben en la tediosa terminología propia de estos casos. Una subcomisión designada por el Ministerio de Educación y Ciencia acaba de proponer, en el marco del proceso de convergencia europea, que se supriman las titulaciones de Historia del Arte e Historia y Ciencias de la Música. La medida ha sentado muy mal a los afectados en ejercicio profesional y a los universitarios que se habían matriculado por vocación, afición o querencia en esas disciplinas.

No es para menos. Alegan quienes desde el sector están en el meollo de la información pertinente que de las trece personas integrantes de esa subcomisión sólo tres pertenecen a las universidades públicas. Las demás están adscritas al oficio de la política o a las universidades privadas y católicas. Se espera por ello que serán estas universidades las ulteriores beneficiarias al tener en exclusiva la facultad de impartir esas materias con un incremento notable en las tasas de matrícula.

Al margen de esas consideraciones académicas de orden profesional y docente, lo que denuncian una vez más proposiciones de ese tipo es la negligencia, olvido y definitivo desprecio de la Administración hacia los estudios humanísticos. Vivimos en una sociedad cada vez más desarraigada de los valores que tenderían a su humanización y propulsamos desde las instancias del poder político que esa deshumanización se agilice.

No cabe tamaño dislate en una organización universitaria con la brújula en su punto correcto de mira. Lo que está a un paso de cometerse -si nada lo remedia, aunque la minsitra no lo dé por definitivo- es una auténtica tropelía que sigue la descarriada senda por donde discurre la educación en España, antes y ahora. Dígalo Europa o el Santo Padre que vive en Roma.

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