jueves, 26 de mayo de 2005

Cultura y democracia: Una más de pajas mentales

Melibea del Huerto

El Ministerio de Cultura, un organismo que como tal poco sentido tiene en el actual Estado de las Autonomías, acaba de promover un simposio descentralizado acerca del apasionante asunto Evolución de la cultura en treinta años de democracia. El epígrafe denota la sabia perspicacia de algún sutil asesor, convencido de que la redondez del guarismo justificaba tan enjundioso debate.

Dejando a un lado la nómina de intervinientes, en la que se echan en falta intelectuales afines al partido neoconservador, y el circuito rotatorio de los encuentros, que tendrán lugar en diferentes villas y ciudades del país, mucho me temo que estas teóricas disquisiciones no aporten nada. Antes bien reportan una serie de gastos, para saldar la retórica de los oradores seleccionados, que el Ministerio -ya que existe- debería haber dedicado a la práctica de su función.

Miren ustedes, estimadísimos burócratas de la cosa, yo tenía un buen amigo que se dedicaba hace veinte años al teatro independiente con muy meritoria y contrastada calidad. El grupo era de los mejores del país y aunque no nadaba en la abundancia, mal que bien subsistía con una cierta dignidad. Ahora no sé si el grupo sobrevive o se ha disgregado, pero mi amigo se dedica a un teatro sicalíptico de muy dudosa entidad artística que le da para vivir con una cierta holgura.

Si me refiero al teatro, cuyo decrecimiento en calidad, autores y espectáculos es verificable, es porque me toca especialmente por afición y vocación. Pero otro tanto se podría decir del cine que se hace en los últimos años, la novela vendida y comprada por encargo en los más renombrados premios literarios o la todavía deplorable programación en TVE, escaparate público mayúsculo de lo que puede dar de sí un gobierno en su inquietud, respeto y apoyo a la cultura.

Hacer balance del desarrollo de la cultura en estos treinta años, cuando tan deficitario es el panorama en los últimos con este joven gobierno y los precedentes del PP, me parece una convocatoria al pajilleo mental y un derroche tan innecesario como superfluo del presupuesto público.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanto más teoría menos enjundia. Esto siempre pasa cuando faltan las ideas, que se teoriza sobre el pensamiento y la creación, pero el pensamiento y la creación brillan por su ausencia.

Anónimo dijo...

Yo no sé si la señora Melibea del Huerto se refiere a los premios literarios institucionales, a los premios de las editoriales importantes o a unos y otros a la vez. Lo que sí sé decirle es que el último premio Nadal, que un día fue un premio muy respetado, es "Un encargo difícil", y así se titula, porque el autor, Pedro Zarraluki, con una obra en relato muy digna, ha demostrado con esta novela lo que el título dice, que se la han mandado de encargo para ganar el Nadal. Ha recibido muy buenas críticas, eso sí, pero ninguna parece haber reparado en las contradicciones argumentales que hay. Una de ellas, la más gorda, hacia la mitad del libro, cuando el ejecutor y el asesinable, después de haberse visto, no se han visto nunca a las dos páginas. No me lo estoy inventando.

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