martes, 17 de mayo de 2005

Al Hombre del Piano, en un lugar de Kent

Lazarillo

Envío al Hombre del Piano, desconocido y joven pianista hallado sin memoria ni identidad, como si acabara de salir del mar, en el condado inglés de Kent. Incapaz de pronunciar palabra, sólo logró garabatear en un papel un piano y la bandera sueca. Una vez ante el instrumento, en la pequeña capilla del hospital donde fue internado, demostró durante varias horas y sin descanso sus dotes musicales. No sólo fue capaz de interpretar de modo virtuoso la música de los grandes sino composiciones inéditas que se estima pueden pertenecerle. Este Lazarillo, gozoso de evocar el poema con el que tan bien afina esta noticia, desea fervientemente que la segunda estrofa sobre todo de su ilustre convecino Luis de León resuene a fondo en el corazón de la memoria de tan extraño náufrago. Ya lo dijo Aristóteles: el alma es una armonía.

El aire se serena
y viste de hermosura y luz no usada,
Salinas, cuando suena
la música extremada,
por vuestra sabia mano gobernada.

A cuyo son divino
el alma, que en olvido está sumida,
torna a cobrar el tino
y memoria perdida
de su origen primera esclarecida.

Y, como se conoce,
en suerte y pensamiento se mejora;
el oro desconoce
que el vulgo vil adora,
la belleza caduca, engañadora.

Traspasa el aire todo
hasta llegar a la más alta esfera,
y oye allí otro modo
de no perecedera
música, que es la fuente y la primera.

Ve cómo el gran Maestro,
a aquesta inmensa cítara aplicado,
con movimiento diestro
produce el son sagrado,
con que este eterno templo es sustentado.

Y, como está compuesta
de números concordes, luego envía
consonante respuesta;
y entrambas a porfía
mezclan una dulcísima armonía.

Aquí la alma navega
por un mar de dulzura, y finalmente
en él ansí se anega,
que ningún accidente
extraño y peregrino oye o siente.

¡Oh desmayo dichoso!
¡Oh muerte que das vida! ¡Oh dulce olvido!
¡Durase en tu reposo,
sin ser restituido
jamás aqueste bajo y vil sentido!

A este bien os llamo,
gloria del apolíneo sacro coro,
amigos, a quien amo
sobre todo tesoro,
que todo lo visible es triste lloro.

¡Oh, suene de contino,
Salinas, vuestro son en mis oídos,
por quien al bien divino
despiertan los sentidos,
quedando a lo demás adormecidos!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Exacto, preciso, insuperable. Enhorabuena por la oportunidad de la cita.

Anónimo dijo...

Al del piano parece que lo ha reconocido un ilusionista polaco sin papeles que vive en Italia. Dice que es francés y anduvo con él hace cinco años. Debe ser verad porque el polaco no estaba para exhibirse por comisaría. La historia da para otra película. ¿O es que la película de la que no recuerdo el nombre, la del violinista, ha dado para la noticia? Nunca se sabe.

Anónimo dijo...

Oye, quien sea, sienta de p. madre leer esos versos en la red, así, como que no quiere la cosa. Vas, te recomiendan un Blog, lo abres y hala, una de fray Luis. De buten, lo digo de veras. Volveré por aquí en cuanto me deje el curro y la noche. Y enhorabuena, de verdad.

Anónimo dijo...

Si os interesa seguir las últimas noticias sobre el misterioso hombre del piano, aquí tenéis una web sobre él: http://www.hombrepiano.com

Lazarillo dijo...

El titular de este Blog se ha puesto en contacto con la dirección facilitada para hallar la identidad del Hombre del Piano.

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