viernes, 22 de abril de 2005

Aznar y Fraga, campeadores en Galicia

Félix Población

Se le podrán buscar muchas razones al adelanto de los comicios en Galicia, pero hay dos consideraciones, relativas en presente y futuro a los dos grandes patronos del Partido Popular, que no deben escapar a la estimación pública. Ambos líderes han demostrado un apego al poder que, en el caso de Aznar, parecía imprevisible tras limitar voluntariamente su plazo como presidente de la nación. En contra de ese principio ha jugado sin duda su nefasto final de partida, refrendado con las mentiras del 11-M, como si una salida tan poco airosa le obligara a enmendarla como líder repetidor.

Desde que se fue, don José María no ha dejado de estar presente. Sus libros, sus vídeos y sus manifestaciones públicas y viscerales, en muchos casos censurables, apenas han encontrado réplica crítica o matización en su partido, acaso porque el vasallaje que se le rinde por lealtad sea indicio de una posibilidad de retorno.

Que a don Manuel Fraga le va de lo lindo mandar es cosa que se conjuga con su talante y biología. Ya lo dijo en símil taurino que remeda la actitud de agónico sacrificio del propio Wojtyla. Lo suyo es morir en la plaza. El PP, consciente de ese afán de servicio, adelanta las elecciones porque teme que don Manuel, por su avanzada edad y maltrecha salud, pueda darles un disgusto antes de encabezar la campaña.

Apelar a un estado de crispación o al bloqueo del Plan Galicia por parte del gobierno de Madrid son excusas de poco fundamento. El Partido Popular teme que sin Fraga como cabeza de cartel pueda repetirse la substancial merma sufrida por CIU, privada de Jordi Pujol, en las últimas elecciones catalanas.

Aun así, con don Manuel en campeadora liza, bulle entre los bastidores del partido conservador un cierto hálito de aprensión ante lo que pueda depararles la tierra de don Mariano Rajoy. El porvenir de éste quedaría totalmente en entredicho si lo que se cosecha en Galicia apea al PP de la gobernación en Santiago. Puede que hasta la propia cohesión del partido sufriera las consecuencias. En tal circunstancia, sería más que presumible un retorno, desde la derecha de Bush, de don José María como líder salvador.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Líder salvador sólo puede serlo Aznar desde más allá de la derecha, donde está Bush más o menos, y en ese caso sería más que posible una ruptura del PP con Gallardón y otros al frente de un partido político de centro.

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