lunes, 10 de septiembre de 2018

HAY QUE PROHIBIR UN FÁRMACO QUE MATA BUITRES


 CAMPAÑA EN PRO DEL BUITRE,
AUTÉNTICO SANADOR DE LA NATURALEZA

La cultura popular e incluso el diccionario han terminado por identificar a los buitres como animales oscuros y aprovechados, a menudo relacionados con la muerte. 

Esa mala fama es del todo inmerecida. El buitre es el auténtico sanador de la naturaleza.

Situados en la cúspide de la cadena trófica, eliminan con su dieta necrófaga la amenaza de enfermedades que surgen durante la putrefacción de los cadáveres. Son, por tanto, esenciales para mantener la salud del entorno y la nuestra. Sin ellos, las patologías podrían llegar incluso a las fuentes de agua y afectar a multitud de seres vivos. Son además grandes aliados de los ganaderos, no sólo por limpiar el campo, sino porque evitan el tratamiento e incineración de miles de toneladas de restos animales cada año. 

Sin embargo, los buitres están despareciendo de forma alarmante. En la actualidad, el 75% de todos los buitres caminan de un modo u otro hacia la extinción. 16 de las 23 especies que viven en el planeta están amenazadas.

En la Unión Europea, la mayor parte de los buitres –por encima del 80%- se ubican en España, aunque también Portugal e Italia cuentan con poblaciones. Son, fundamentalmente, buitre negro y buitre leonado, a los que se unen otras aves necrófagas como el alimoche o el quebrantahuesos.

En un mundo en el que los buitres viven amenazados, los Gobiernos de España, Italia y Portugal, así como los responsables de la Unión Europea, han de velar por la salud de las comunidades de aves necrófagas que acogen en sus territorios. Y no lo están haciendo: los buitres en Europa están en peligro por el diclofenaco, un medicamento de uso veterinario. Es inocuo para el ser humano y para el ganado al que se administra, pero para estas aves es mortal. De hecho, fue el causante de la práctica extinción de los buitres en Asia.

Hay alternativas al diclofenaco, seguras para los buitres y de similar coste para el ganadero. Prohibir este fármaco en la Unión Europea es una cuestión de sentido común. Y es posible.

No seamos buitres con los buitres. Ayúdanos con tu firma aquí.

DdA, XV/3949

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