Julián Aceitero Gómez
En el artículo España es la “dictadura perfecta”, publicado en el blog “Voto en blanco”, su autor, Francisco
Rubiales Moreno, transcribe de Aldous Huxley que “la dictadura perfecta tendría la apariencia de una democracia, pero
sería básicamente una prisión sin muros en la que los presos ni siquiera
soñarían con escapar", y considera que ésta ya ha sido construida por los
políticos que gobiernan España (1).
Tal dictadura
perfecta sería la prolongación de la dictadura militar impuesta a sangre y fuego por la casta militar
que ejecutó el golpe de estado de 1936 contra la II República española. Y si quienes entonces ostentaban el poder del
dinero costearon y azuzaron a su casta militar para que perpetrara aquel golpe,
los políticos relacionados con que la subsiguiente dictadura militar de éste se
prolongara con la “dictadura perfecta” constituirían su casta política. Así
pues, aquella consideración del bloguero Rubiales Moreno, según la cual estos
políticos han “construido” la “dictadura perfecta” en España, sería una
atribución protagónica desmesurada a quienes actuaron simplemente como otra
casta más al servicio de sus dueños, es decir, de quienes entonces ostentaban
el poder del dinero.
Asimismo, el citado bloguero atribuye a la dictadura perfecta en España que su
pueblo soporte sumisamente los abusos y arbitrariedades de su clase política a
cambio de consumo y entretenimiento, motivo por el cual lo tilda de ser uno de
los más cobardes del mundo, a pesar de que había sido uno de los pueblos más admirados
“por su valentía y comportamiento en los
campos de batalla (…), cuyos ejércitos nunca sufrieron una derrota en casi tres
siglos de combates contra todos”. Tal afirmación requiere dos consideraciones
sustentadas en la Historia de España:
La primera, que en ésta no consta que el
Ejército haya servido a los intereses de su pueblo, sino a los de su
oligarquía, aunque una parte del pueblo español cree que el Ejército sí sirve a
sus intereses y lo considera “suyo”. Esta creencia es, en mi opinión, un prejuicio que, como tal, impide que el juicio de los datos históricos haga
tomar conciencia a aquella parte popular de que el Ejército es sólo una casta de
quienes ostentan el poder del dinero.
Y la segunda consideración es para precisar
que al pueblo español que suscitaba aquella admiración mundial por su ardor
guerrero durante casi tres siglos, según el bloguero Rubiales Moreno,
pertenecieron generaciones sin relación temporal con las que actualmente lo
conforman y son las responsables, pues, de que el pueblo español sea uno de los
más cobardes del mundo por haberse amoldado a vivir en la “dictadura perfecta
construida por sus políticos, según aquel bloguero. La brecha temporal entre
las generaciones actuales y aquellas pretéritas es tan grande que imposibilita
indagar en el porqué de la degradación ética del pueblo español actual que
denuncia el susodicho bloguero.
Tal indagatoria, pues, debe basarse en el
análisis de las generaciones actuales y de las que las precedieron en el
tiempo, es decir, las de nuestros padres, abuelos y bisabuelos. Muchas de estas
generaciones precedentes vivieron el golpe de Estado perpetrado por el Ejército
español en julio de 1936 contra la República, lo que suscitó en un amplio
sector popular la decisión de combatirlo
con las armas a su alcance, de tal modo que la consumación de aquel golpe se
demoró hasta abril de 1939, imponiendo el Ejército entonces una dictadura
militar que, tras durar casi cuarenta años, fue metamorfoseada a la democracia
conocida como “Régimen del 78”.
Cualquier análisis, pues, de las razones por
las que un amplio sector popular ha consolidado el “Régimen del 78” votando al Partido Socialista Obrero Español -PSOE- y al Partido Popular -PP- debe partir de
aquel hecho histórico, es decir de aquel golpe de Estado. Y entre aquellas
razones cabe citar en primer lugar la manipulación, de la que como muestra vale
la del propio golpe de Estado, porque su casta ejecutora, la militar, lo
consideró una guerra civil y como
tal, las restantes castas lo jalearon y encubrieron.
No obstante, que la respuesta armada de una
amplia mayoría social contra los ejecutores y cómplices de aquel golpe de
Estado fuera considerada una guerra civil
ofende al sentido común, por lo que, quizá, el actual relato fascista de
aquellos hechos omite el golpe de Estado ejecutado por el Ejército y así, la guerra civil habría sido consecuencia
de las “confrontaciones sociales” acaecidas durante la República. Pues bien, a
pesar de que este relato rezuma incultura e ignorancia, lo sustenta el joven
abogado que preside las Nuevas Generaciones -NNGG- del PP en Galicia, un tal
Diego Gago Bugarín.
Y que tan ignorante personaje declarara
también que “la dictadura posterior” a la guerra
civil fue “una etapa muy negativa que se cerró en 1978” (2), debe
considerarse su patético intento de desligarse de quienes son el referente
ético de los dirigentes del PP y de sus votantes: Aquellos militares felones
que, azuzados y costeados por quienes ostentaban el poder del dinero,
ejecutaron el golpe de Estado contra la República española y así, a sangre y fuego, impusieron aquella
dictadura militar de la que el citado vástago del fascismo español aparenta
desentenderse afirmando “que se cerró en 1978”. Es obvio que entonces las
castas metamorfosearon aquella dictadura militar hasta convertirla en la
“democracia” conocida como “Régimen del 78”, para que sus dueños, es decir,
quienes ostentaban el poder del dinero, siguieran asegurándose su insaciable
enriquecimiento.
Los ascendientes de aquellos poderosos
fueron los que azuzaron y costearon a su casta militar para que ejecutara aquel
golpe de Estado contra la República y asegurarse así su insaciable
enriquecimiento. Y quienes hoy en día ostentan el poder del dinero han
dispuesto que sus castas política y mediática divulguen calumnias y falsedades
contra los dirigentes de PODEMOS con
objeto de impedir que la mayoría social, mediante su voto, los aúpe al gobierno
nacional, no vaya a ser que desde éste puedan dificultar su insaciable
enriquecimiento.
NOTAS
DdA, XIV/3490
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