Salieron de España casi tres mil niños de la guerra. Hoy
se calcula que quedan en Rusia unos 70. El Centro Español en Moscú, creado en 1966, agrupa a unos
40, que han logrado el pequeño milagro de involucrar en la institución a
sus hijos y nietos.
Publicado en el diario La Nueva España del día de la fecha:
En el año en que se cumple el octogésimo aniversario de la llegada a la antigua
URSS de cientos de niños de la guerra asturianos, el Centro Español en
Moscú, auténtica casa patria de la generación de menores exiliados tras
la caída de Gijón durante la guerra civil española, está al borde de la
quiebra. La falta de subvenciones oficiales está ahogando la economía de
una sociedad que ha sido y es punto de encuentro de los españoles en la
capital rusa.
Será allí, en el Centro Español, donde se lleven a
cabo en septiembre los actos conmemorativos de los 80 años de la
llegada al país de los contingentes infantiles, muchos de los cuales lo
hicieron desde el puerto gijonés de El Musel, que huían de la guerra. El problema es que -según relatan los miembros de la junta directiva de
la entidad- ya comienza a costar arduo trabajo el pago de los recibos
que tienen que ver con el mantenimiento: alquiler del local, agua,
electricidad y calefacción y limpieza. "Llevamos años sin renovar las
instalaciones y algunos de los muebles que tenemos son un verdadero
trasto", dicen. El diagnóstico lo tienen claro desde la directiva:
"estamos en peligro de cierre".
El Centro Español, casa de
muchos asturianos de primera generación (niños que partieron desde Gijón
en 1937 con edades entre los cinco y los trece años en su mayoría) y de
sus descendientes, tiene en la actualidad unos 700 socios. La cuota son
7.000 rublos al año, que al cambio suponen unos 115 euros. Para muchos,
personas mayores con ingresos muy limitados, una pequeña fortuna.
Desde la junta directiva se asume que "muchos no pagan, o pagan la
mitad. Cada cual lo que puede". España, y ninguna de sus comunidades
autónomas, no enviaron subvención alguna durante 2016.
"Tenemos la caja fuerte vacía porque no recibimos ni una perra gorda de
España. Nos da un poco de vergüenza organizar actos porque ya no
tenemos ni sillas". Aun así, cada año se programan unas treinta
actividades, se conmemoran las fiestas españolas (también el Día de
Asturias), se dan conferencias y se montan exposiciones. No se sabe por
cuánto tiempo, a tenor de la economía paupérrima de la entidad. "Nuestro
único objetivo es que no se derrumbe el Centro", fundado en 1966, hace
ya más de cincuenta años. Mantener el Centro Español abierto
supone anualmente un gasto de 1,5 millones de rublos (25.000 euros).
"Nos encantaría que alguien pudiera echarnos una mano desde Asturias",
la región que junto al País Vasco más niños aportó en aquel mes de
septiembre de 1937, cuando estaba a punto de derrumbarse el frente
norte.
DdA, XIV/3498
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