Félix Población
Acabo de leer en Público que la policía de la Generalitat la está emprendiendo a palos, por razones de higiene, contra los Indignados concentrados en la Plaza de Catalunya, y como precaución también ante que lo pueda ocurrir el próximo sábado, una vez concluya el partido final de la Champions en el que participa el Club de Fútbol Barcelona.
Lo que suele ocurrir en esos casos, para celebrar la victoria del equipo más representativo de la ciudad, es que unas pandas de descontrolados la emprendan contra el mobiliario público y que el Ayuntamiento de Barcelona, o sea, todos los barceloneses, paguen la factura por esas acciones de vandalismo reiterativo y ya casi tradicional.
Supongo que Eduardo Galeano, que acaba de recoger en Barcelona el VII Premio Internacional de Periodismo Deportivo Vázquez Montalbán y elogiar al Movimiento 15-M, no cabrá en sí de paradoja: los Mossos desalojan a golpes al movimiento social más higiénico que ha habido en muchos años en España, ante la posibilidad de desmanes que puedan protagonizar unos grupúsculos de descebrebrados.
El Barcelona hace el mejor y más limpio fútbol del mundo -que el escritor uruguayo celebra ensalzando a Messi como único Mesías-, en la Plaza de Catalunya estaba asentada un ágora de las más higiénicas para el porvenir de nuestra cultura política y la autoridad la apalea ante la inminencia de una celebración protagonizada por una turba de golfos. Patas arriba, el mundo al revés es un libro de Galeano.
+@Desde Sol: "Si es Democracia no entiendo por qué es la mayoría quien pierde"-elEconomista.es
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