martes, 5 de abril de 2011

ASESINATO DE MER KHAMIS, ACTOR DEL TEATRO DE LA LIBERTAD


Lazarillo

Se llamaba así el teatro que fundó en Yenin (Cisjordania) hace apenas un lustro: Teatro de la Libertad. Hijo de un palestino que fue militante del Partido Comunista y de una judía de familia sionista, Juliano Mer Khamis fue asesinado ayer por unos encapuchados muy cerca del escenario de su obra. El actor y director había recibido amenazas de muerte por parte de grupos islamistas integristas. Él se honraba de disparar con una cámara en lugar de utilizar un fusil. De que su Intifada cultural tuviese más éxito que la violenta.

Para dejar constancia de esa trayectoria, Juliano Mer Khamis hizo memoria hace años de la procedencia de su empeño, un film documental en el que cuenta el destino de un grupo de niños palestinos que formaron parte del teatro fundado por su madre en Jenin. Allí, en los años ochenta, en medio de un escenario de violencia constante entre las tropas israelíes y los milicianos palestinos, la madre de Juliano creó un teatro para niños. Así lo explicaba el actor en una entrevista:

"Muchas personas me han dicho que el proyecto de mi madre falló, pero eso no es cierto. Mi madre fue a Jenin, no como una judía que iba a ayudar a los palestinos, mi madre no es la madre Teresa, ella fue a Jenin como un ser humano que va a ayudar a otros seres humanos que viven bajo la ocupación, para ella la lucha de los palestinos era su lucha y se unió a la Intifada. Ella luchó por los niños en Jenin, ella creía que el conocimiento era la manera que les iba a dar herramientas a los niños para que pudieran conseguir la libertad. Quería brindarles conocimientos a los niños para que pelearan por sus derechos, para que se sintieran orgullosos, para que tuvieran educación y se sintieran libres, y estos niños se transformaron en líderes de la Intifada, y este hecho es un éxito de mi madre. Mi madre sostenía que había que "luchar para aprender y aprender para luchar", y eso es lo que mi madre hizo. Desafortunadamente, la mayoría de ellos murieron, pero pelearon por la libertad. Mi madre estaría orgullosa"

Entre los protagonistas que formaban parte de ese documental se encontraba Yusuf, un niño que quería ser actor como Omar Shariff y que pasó de hablar de arte, amor y teatro a cometer años después un atentado suicida. Mer Khamis analizaba de este modo ese proceso: "Estos ataques suicidas no tienen que ver con la cultura del islam, no es producto de la genética, es el resultado de un cambio político y social muy violento instalado por los israelíes en los territorios ocupados. Estos territorios no son Vietnam o Camboya, no hay montañas, no hay cerros, es como una pequeña jaula cubierta con helicópteros Apache, con tanques. La única forma para causar un daño al poderoso armamento israelí es mediante ataques de este tipo. Moralmente esto es imposible de aceptar, de entender, pero tienes que entender el estrés, la pobreza y la presión que viven los palestinos y si sientes esta presión desde adentro, puedes entender que muchos se enfrentan al dilema entre morir o ser un muerto viviente, muchos prefieren estar muertos que ser muertos vivientes".

Juliano Mer Khamis hablaba hebreo, hablaba árabe, tenía familia árabe y familia judía, decía sentir a veces que se peleaban ambos lados dentro de sí, pero lo que primaba a la postre era la fortaleza que esa doble circunstancia le daba para servir de puente de comunicación entre las dos sociedades. Hamas lo acusaba de trabajar como informador del servicio de inteligencia israelí. Israel lo acusaba de trabajar para la resistencia palestina. ¿Se sabrá alguna vez la identidad de sus asesinos?

Lo mejor que podemos hacer ahora que han acabado con su vida quienes -de uno u otro lado- solo persiguen la barbarie para acabar con el entendimiento, es presenciar su película Arna’s children. Arna era el nombre de la madre del actor y director asesinado ayer al pie de su Teatro de la Libertad, donde solo se armaba de ideas, palabras y emociones la conciencia del público para dar vida a al más esencial de los abrazos, en manos únicamente del fermento que da la cultura: el de la convivencia.

+@El último acto de Juliano Mer Khamis. (La Voz de la Calle).

1 comentario:

Folía dijo...

Muy bueno. Que no se nos olvide, que sirva su vida. Se mata la libertad y lo que hace libres.

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