jueves, 10 de mayo de 2007

La Botella, Aznar y su etimología

Melibea

Doña Ana Botella debería dejar de responder por su esposo. Ayer lo hizo en Valladolid y otro día tendrá que volver a matizar las despendoladas declaraciones de su marido en cualquier otra parte. Lo del señor Aznar a propósito del vino y la carretera más valdría olvidarlo, sobre todo quienes como doña Ana deberían saber, por experiencia consorte, que insistir en el asunto es contraproducente. Dice la señora Botella que las manifestaciones de don José María se sacaron de contexto, claro, y que su esposo nunca bebe más de la cuenta y está muy de acuerdo con todas las medidas que se tomen para evitar que personas que han bebido de más salgan a la carretera. Pero el señor ex presidente no dijo eso, que sin duda piensa. Antes al contrario, dio a entender algo muy distinto por lo que sólo él debería excusarse si es coherente con su raciocinio, aunque sepamos por su currículo de errores que tal actitud no se le da nada bien. Por eso, y porque no ceja en sus desplantes de cuya inverecundia se va hartando el personal, se han publicado al paso de su último dislate como Bodeguero de Honor de la Academia del Vino de su tierra estas dos notas documentales, suscritas por sendos lectores en la edición de ayer del diario El País:

1.- En relación con las polémicas declaraciones del señor Aznar sobre el consumo de alcohol y la conducción, sólo recordar un párrafo del libro Aznar: la vida desconocida de un Presidente (J. Díaz Herrera e I. Durán) Barcelona: Planeta, 1999. Capítulo 4º Tal como es pp. 107-108: "Amante de la velocidad y de los coches potentes, en los años de su juventud fue el terror de la carretera. A los conductores del Partido Popular, Estanislao Cumplido de la Cruz y Juan Vilches, no les gustaba dejarle los coches porque los destrozaba. Años antes, en la etapa en que era diputado por Ávila, sus compañeros de partido temblaban cada vez que les pedía que fueran a recogerle a Madrid. "Yo voy a buscarle encantado pero no le dejo el coche, que luego las multas me vienen a mí", recuerda el entonces secretario técnico de AP, Sebastián González, incapaz de encontrar a un voluntario de Nuevas Generaciones dispuesto a ir a buscarle. En esa época, no había viaje en que no le parase la Guardia Civil por exceso de velocidad. Aznar, en la mayoría de las ocasiones, no se molestaba en discutir con el responsable de la patrulla de tráfico. Por el contrario, muy digno, les decía: "Cumpla usted con su deber, agente." Luego el partido pagaba las sanciones."
Ana Soldevilla Liaño

2.-Según la obra Ensayo histórico, etimológico y filológico sobre los apellidos castellanos de don José Godoy Alcántara, Madrid, 1881, el apellido Aznar proviene de asinarius, palabra que en latín designaba al criador de asnos, o bien al guía o conductor de estos inteligentes animales. Renuncio, por demasiado fácil, a poner en relación esta noticia erudita con acontecimientos recientes.
José Arias Velasco

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A eso le llamo yo perspicacia ciudadana y a lo de la Botella con Aznar no me atrevo a llamarlo por no faltar al respeto.

Anónimo dijo...

Cada palabra de Aznar es un voto perdido por el PP.

Anónimo dijo...

Aconsejo al PSOE llevar a Aznar de campaña a su favor hablando en contra.

Anónimo dijo...

Pero qué morritos que pone el vinatero...!!!

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