viernes, 25 de julio de 2025

MARCELINO CAMACHO, UN CIUDADANO A DESTAJO


Félix Maraña

Nacido en Osma la Rasa,
lo decía sin empacho:
Soy Marcelino Camacho,
vengo de Soria y en casa,
soy uno más en la masa
del pueblo trabajador.
Un humilde soldador,
luché por la libertad,
la justicia, la igualdad,
prisionero con honor.
Militante comunista,
en la ciudad de Pegaso,
he dormido al suelo raso,
luchador y pacifista,
fervoroso antifascista,
demócrata con pasión.
Me opuse a Franco, un cabrón,
que torturó brutalmente
a más de un millón de gente,
y acaso más de un millón.
Mi credo, la libertad,
mi entrega, la lucha obrera,
mi credo es esa cendera
que lucha por la igualdad.
Un día, la Humanidad,
como cantó Labordeta,
sin fijar fecha concreta,
pero será aquí en la Tierra,
donde la envidia y la guerra.
Seguir luchando es la meta.
Mi puño no tiene rabia,
sino intención razonada,
solidaridad basada
en esa conducta sabia
del pueblo, raíz y savia
de un futuro para todos.
Mi puño no tiene modos
ni perversas intenciones.
Representa corazones
luchando a brazos y codos.
Por eso, mi compromiso,
el de los míos, mi clase,
fue con el pueblo que hace
y aspira a su paraíso,
si peleas, insumiso,
por las reivindicaciones,
como hice en Comisiones,
con mis colegas, sin miedo,
con las ideas, el credo,
y firme en mis posiciones.
Un tipo echado adelante,
decidido y solidario,
un ejemplo que a diario,
con su mono de currante,
su conciencia vigilante,
plantaba cara al poder.
De su recto proceder,
una moral consecuencia:
Si luchas con impaciencia,
sabes que vas a perder.
Me eligieron diputado
del Partido Comunista,
recuerdo que en esa lista
me pusieron a su lado:
Alberti, otro exiliado,
Carrillo, fumaba mucho,
Pasionaria, a quien escucho
cuando habla con pasión,
con renovada ilusión,
objetivo porque lucho.
Y me nombraron doctor
con mucha solemnidad,
Valencia, Universidad,
por rojo y trabajador,
y haber sido opositor
del franquismo en mi trabajo,
por dar el callo en el tajo,
en la calle y el Congreso,
por haber estado preso,
ser ciudadano a destajo.
Más que líder fui un obrero,
humilde de humilde barrio,
de Vallecas y a diario,
desde diciembre hasta enero,
quise a la mujer que quiero,
Josefina, compañera,
por humilde, por sincera,
parte de mi corazón,
mi vida, tiempo y razón,
siempre vigía a mi vera.

DdA, XXI/6052

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