Lazarillo
Lo que vemos y venimos viendo desde hace demasiado tiempo, el acoso pertinaz a periodistas progresistas por parte de este individuo que cuenta con el respaldo de la derecha extrema y puede acceder, sin ser un profesional de la información, allá donde quiera para importunar con su micrófono a quienes sí lo son o a políticos de izquierda, no es tolerable. Ya ha llamado la atención a medios de prestigio internacionales que en España se permita este tipo de acometidas sin que se haga nada por evitarlas, a pesar de las reiteradas protestas de los periodistas políticos que desempeñan con profesionalidad su labor. El tal individuo, según comenta Javier Ruiz, cuenta ahora con respaldo a su lado para que su acoso sea aún más cerrado sobre sus víctimas, en este caso -una vez más- la filóloga y periodista del diario Público Ana Pardo de Vera. Las imágenes son elocuentes de la violencia que transmite a quien las contempla ese tipo de comportamiento, por lo que hay que suponer el efecto que causarán en la acosada, por más que se defienda del mal olor del sujeto. Me parece que va siendo hora de que el Congreso, los profesionales de la información y los medios de los que dependen tomen medidas para que estos ataques al periodismo, indicativos a su vez de lo que suponen como deterioro de la democracia española, dejen de ser una costumbre impunemente reiterada. Ni los periodistas ni ningún otro tipo de trabajador ha de verse sometido a este tipo de persecución en el desempeño de su profesión.
DdA, XXI/6.028
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