lunes, 28 de abril de 2025

EL PENSAMIENTO DE MISS ASTURIAS EL AÑO DE LA REVOLUCIÓN

Olivia Ceñal. La Cantera de BABÍ.


Lazarillo

Lo primero que pensé al ver esta fotografía, en la que su protagonista tenía 18 años, es que había nacido casi el mismo año que mi madre, fallecida por estas fechas en 2010. Que en ese año 1934, en que fue Oliva Ceñal Miss Asturias, ya eran novios mi madre y mi padre, y bailaban en las romerías, y que muy posiblemente estuvieran en esa verbena organizada por la Asociación de la Prensa de aquella villa el 26 de agosto de 1933 en el Parque de Atracciones, en la que actuaba la Banda de Gijón (el popular Bandín) y la orquesta Jazz-Kiss-Mee. Más de un millar de personas concurrieron ese día a la verbena. Tres meses antes había sido elegida Miss Asturias en un acto celebrado en el Teatro Campoamor de Oviedo, organizado por el diario La Voz de Asturias y del que da noticia la revista Estampa el 5 de mayo de 1934. Tenía entonces la protagonista 19 años y según lo publicado por el citado semanario madrileña bajo el titular Miss Asturias aspira a que su marido no salga por las noches, Olivia Ceñal tenía el cabello castaño, los ojos del mismo color, medía un metro setenta calzada y pesaba casi 55 kilos. Estampa da a conocer en ese numero las opiniones de la joven en esta entrevista, publicada cinco meses antes de que estallara la huelga general revolucionaria e los primeros días de octubre. Llaman la atención varias respuestas de una mujer que parece pertenecer a una familia potentada: no tiene profesión, pero se entretiene en labores finas, le gusta leer pero lee poco por no perder la vista, no tiene novio pero le parece que lo ha tenido, su hombre ha de ser muy hombre y no se maquilla nada, se lava con agua clara y Dios pone lo demás:


"Luego, y ya en el hotel a solas, Miss Asturias nos ha dicho sus confidencias. —Soy española, aunque de pequeña fui llevada a Cuba. -¿Ha viajado usted ? —Sí, mucho. He estado en La Habana, Buenos Aires y Nueva York. —¿Qué población le gustó más ? —No sé; pero guardó de Nueva York un recuerdo inolvidable. ¡Aquellos rascacielos que no se acaban nunca y que le impulsan a una a volar! Allí se ve que la persona es imperfecta. Debiera tener alas. -¿Cuál es su mayor ilusión ? —Viajar, viajar siempre, y mejor por mar que por tierra. Y aún mejor todavía por el aire. —¿Viven sus padres? —Viven, y mi abuelo y mi tío. Tengo, además, una hermana más joven que yo y un hermano. —¿Tiene usted alguna profesión? —Ninguna; pero me entretengo en labores finas, especialmente en tejer. —¿Le gusta la cocina? —¡Oh, no! Pero si llega el caso, creo que sabría preparar un buen postre de repostería. —¿Cuáles son sus aficiones favoritas? —Me gustan el baile, el cine y las lecturas. Ahora bien; leer, leo poco, por no perder la vista. —¿Y el sentido? —¡Puede ser! Y al reírse, Miss Asturias enseña sus dientes blanquísimos, que envidiaría la primera beldad de la tierra. —¿Qué baile prefiere? —El tango. —¿Influencias de Buenos Aires? —Seguramente. —¿Y en cuanto al cine? —Me gustan las películas de amores tristes, —¿Cuál es su "estrella" favorita? Sin vacilar... —Joan Crawford. —¿Y de ellos? Un instante de" meditación... Y, al fin: —Clark Gable; pero no lo diga usted, porque a casi todas las asturianas nos sucede lo mismo. - ¿Qué autor español prefiere usted? —Martínez Sierra. Creo que es el que mejor nos ha entendido. —¿Qué deportes le gustan más? —La natación y el tenis. —¿Tiene usted novio? —No. —¿Lo ha tenido usted? —Me parece que sí. -¿Qué tipo prefiere usted? —Moreno, de estatura regular, que ni me sobre ni me falte. Pero de todos modos, el que a mí me guste ha de ser un hombre muy hombre. Por lo demás, me bastaría con que fuese trabajador, honrado y que no saliera nunca de casa por las noches. —¡Mucho pedir es, pero, en fin, usted merece eso y mucho más! —¿Tiene usted esperanzas de ser elegida Miss España? —¡Oh! ¡Quién piensa en eso! ¡Ni mucho menos! —¿Por qué? —Porque me faltan muchas cosas. —¿Cuáles? —Todas. Mi única ilusión sería dejar bien a Asturias. —Usted deja bien a Asturias, a España y a las naciones fronterizas. Y para terminar, observo que no se maquilla usted. —Nada. —¿Y eso? —Me lavo con agua clara y Dios pone lo demás".

La mencionada Olivia Ceñal estaba avecindada en la Avenida de Azaña de la villa asturiana, según la mencionada revista y hacía gala del amor por su tierra hasta límites extraordinarios. Convocada para la celebración de la elección de Miss España en Madrid, Olivia tuvo, sin embargo, palabras críticas para la colonia asturiana en aquella ciudad por no haberla recibido en la estación del Norte el día del su llegada.

DdA, XXI/5.971

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