Raquel Lanseros (Jerez de la Frontera, 1973): Es una de las poetas actuales en castellano por la que este Lazarillo siente una mayor predilección. Algunos de sus libros me acompañan en esos momentos en los que la poesía es más necesaria. Aquellos en los que decir a viva voz los versos nos hace vivir más a fondo ideas y sentires que nos hacen mejores. El que sigue es uno de esos poemas indispensables para nutrir nuestra sensibilidad, y con ella, nuestra humanidad, esencial para la convivencia en paz y libertad de una sociedad que cada vez percibe en mayor riesgo de pérdida esos valores. Algunos de estos versos, pertenecientes al último poemario de la autora (Autorretratos poéticos. En el laberinto interior, ed. Cuadernos del Laberinto, 2024), me han servido como cita de introducción para mi próximo libro Muere lo que se olvida, pendiente de editorial.
PROMESAS QUE CUMPLIR
Nací en el sur de Europa, donde todos los pueblos se quedaron.
Soy hija del camino, el azar y la distancia.
Amo el decir callado de los que piensan hondo
En cada surco encuentro una nueva llanura
en cada madrugada semillas del crepúsculo.
Defiendo la memoria como la patria íntima
el único dominio con vino de justicia.
Reniego del rugido de expertos bien pagados
al servicio de réditos que nunca son el nuestro.
No tengo fe en la cháchara de este tiempo de máscaras
me ocasiona urticaria la versión oficial.
Soy partidaria
del fuego que consume, pero también calienta.
He aprendido que todo en la vida tiene un precio
con dinero se paga el de la bisutería.
Me gustan las palabras cansadas del camino
esas que a vida o muerte se empeñan en decir.
¿Soy épica o hermética?
¿Versicular o clara?
¿2.0 o mística?
Quién sabe. Nadie es buen sastre propio.
Escribo porque intuyo que mi ambición mayor
es volver a nacer.
A veces me he atrevido a asomarme a la sima
la oscura, la lejana, la misteriosa: yo
y ha llenado mi ánimo una certeza insólita
yo no existo –es verdad– pero el tiempo tampoco
sólo es ausencia limpia en un cielo de arena
indiferente a mí que día a día se ilumina.
Allí quiero que mires cuando yo ya esté lejos
para gritar con fuerza 'todo vuelve a empezar'.
DdA, XXI/5.946
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