Ana Cuevas
Resulta
que el tipo se llama Jeroen Dijsselbloem. Un rubicundo holandés
presidente del Eurogrupo que, al parecer, representa la alternativa
progresista al avance de la ultraderecha holandesa. (Aunque viendo como
se las gasta el menda, se me ponen los pelos como alcayatas al pensar
como serán sus oponentes). Porque para el bueno de Dijsselbloem, lo del
progresismo, es como un cuadro de Piet Mondrian. Un concepto abstracto
que cada cuál entiende a su manera. Como esa visión que tiene sobre los
países del sur que parece inspirada por una popular canción de Manolo
Escobar: ¡Viva el vino y las mujeres...!
En una
entrevista que ofreció a una revista alemana acusó a España, Grecia,
Italia y Portugal, los P.I.G.S. (o cerdos en cristiano, que es como les
gusta a los del norte apodarnos cariñosamente), de habernos gastado el
dinero del rescate en copas y mujeres. Vamos, en alcohol y putas,
hablando en plata. Tiene gracia que eso lo diga un holandés. Cualquiera
que conozca Ámsterdam se habrá encontrado con abundantes locales donde
te venden drogas o exhiben señoritas en escaparates como mercancía
humana. Y en las experiencias que he tenido en los países del norte,
sin ánimo de ofender a los de arriba, he contabilizado más borrachos por
metro cuadrado que en las fiestas de mi pueblo. En Copenhaguen me
explicaron que el índice de mortalidad por quedarse tirado, ciego
perdido, a la dura intemperie escandinava, duplicaba con creces el de
fallecidos en carretera. Ya saben. Unos llevamos la fama y otros...la
trenzadera.
Porque
solo se me ocurre que este señor de apellido atragantante estuviera como
una cuba cuando soltó esta perlita. Pero resulta que el tío no dimite y
solo se retracta con la boquita pequeña argumentando que se han
malinterpretado sus palabras. ¡Qué pillín!
¡Otra
vez dándole al canuto! Así se explica que se le olviden unas cuantas
cosas sobre los cerdos del sur que a mí me gustaría sacar a colación.
Por ejemplo que fuimos nosotros (los bolingas, putas y puteros) los que
contribuimos económicamente a la reunificación de Alemania sin poner
ninguna objeción. 50.000 millones de euros de los fondos europeos a
fondo perdido. Cosas como que el BCE (Banco Central Europeo) nos infló a
créditos sabiendo que estaba contribuyendo a engordar la burbuja
inmobiliaria. Y que eso fue el detonante del cataclismo financiero que
aún venimos arrastrando. Porque nuestra deuda no fue a fondo perdido.
Más bien parecen empeñados en perdernos hasta el fondo.
Dijsselbloem
hablaba del exceso de generosidad que, a su entender, han recibido los
pueblos del sur. ¿Lo dice por Grecia? ¿Desde cuando la solidaridad pasó a
convertirse en un paulatino estrangulamiento? Este tío posee una
percepción distorsionada de la realidad.. Es lo que tiene vivir en un
país que actúa como paraíso fiscal en pleno corazón de Europa donde,
además, se fuman muchos porros. Que te inviste de autoridad moral para
criminalizar a los vecinos a los que has empobrecido.
El
caso es que los cerdos españoles compramos a Holanda mucho más de lo
que le vendemos. Aportando, de esta manera, algo más que una cantera de
arena al sostenimiento de esa maravillosa sociedad de bienestar que
disfrutan en la tierra de los tulipanes señores tan majos como este.
Como
mujer del sur de Europa debería de sentirme doblemente ofendida. Ya
saben, por la parte que me toca en la clasificación: puta y borracha.
Pero pensándolo bien, me importa un pepino la opinión del amigo Jeroen.
Como la de toda la gente que lanza la mierda que lleva dentro para
luego, al ser llamados al orden de lo políticamente correcto,
desdecirse mentirosamente. Por eso quiero dejarle un breve, pero
prístino, mensaje al presidente del Eurogrupo.
Señor
Jeroen Dijsselbloem: ES USTED UN GILIPOLLAS. Y espero que no
malinterprete mis palabras. He querido decir justo lo que he dicho.
¡Eikel! Se lo digo también en holandés. Para que no quede duda.
DdA, XIV/3495
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