Valentín Tomé
El Gobierno del Frente Popular fue advertido en múltiples ocasiones del golpe de Estado que se estaba iniciando desde que ganara las elecciones (sí, lo de que la causa fue el asesinato Calvo Sotelo es tan solo un mito más de los apologetas del franquismo; este ya se estaba pergeñando desde febrero de 1936) pero nunca hizo caso de esas advertencias.
Así por ejemplo, el 15 de junio de 1936, el alcalde de Estella y el gobernador de Navarra llamaron al presidente del Gobierno para informarle de que, en el monasterio de Irache, el general Mola estaba celebrando una reunión secreta con los comandantes de las guarniciones de Pamplona, Logroño, Vitoria y San Sebastián. Pero cuando le pidieron instrucciones, este les ordenó «con indignación» que retiraran a los guardias civiles que les vigilaban y zanjó la cuestión: «El general Mola es un leal republicano que merece el respeto de las autoridades».
Pero lo que quedará para los anales de la Historia es la carta enviada por Franco al Ministro Casares Quiroga (ver imagen), a casi un mes del alzamiento, el 23 de Junio de 1936, mostrándole su preocupación por los aires de malestar que predominaban en el seno del Ejército desde la llegada al Gobierno del Frente Popular. En ella, leemos en su párrafo final:
"Considero un deber hacerle llegar a su conocimiento lo que creo una gravedad grande para la disciplina militar, que V.E. puede fácilmente comprobar si personalmente se informa de aquellos generales y jefes de cuerpo que, exentos de pasiones políticas, vivan en contacto y se preocupen de los problemas íntimos y del sentir de sus subordinados.
Muy atentamente le saluda su afectísimo y subordinado, Francisco Franco."
Según Paul Preston, una misiva que no deja lugar a duda alguna: Franco insinuaba al Ministro que el Ejército permanecería leal si se le trataba como era debido, es decir, el posterior cruzado y centinela de la cristiandad de Occidente solo desbarataría el complot si el presidente le asignaba el puesto adecuado, traicionando así a sus camaradas golpistas (Mola, Goded, Sanjurjo...).
Pero el Ministro ni siquiera se molestó en responder a Franco, lo que provocó que este comunicara a Mola su intención de unirse al glorioso Alzamiento Nacional.
DdA, XXI/6204

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