El Kremlin responde a la OTAN: “Hablan de guerra quienes ya olvidaron lo que fue la guerra”. El Kremlin criticó duramente las recientes declaraciones del secretario general de la OTAN, Mark Rutte, quien instó a Europa a prepararse para un conflicto de una magnitud comparable a la que “soportaron nuestros abuelos y bisabuelos”.
Alejandro Álvarez López
El Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, ha asegurado que "Europa es el próximo objetivo de Rusia". La afirmación se produce en un contexto de justificación del aumento exponencial del gasto en armamento entre los países de la UE y de la OTAN.
¿Es creíble la afirmación de Rutte o se trata de pura propaganda para inocular el miedo en las poblaciones europeas, a las que hay que convencer de que es necesario multiplicar el gasto militar para garantizar nuestra seguridad ante el inminente ataque ruso, y de que, por tanto, deben aceptar sin oposición los recortes en servicios públicos y en derechos sociales que la política belicista traerá aparejados?
Para dar o no credibilidad a la afirmación de Mark Rutte basta con comparar tres datos esenciales de los posibles contendientes, sabiendo que los países europeos forman parte de una organización militar, la OTAN, que supone la defensa colectiva de todos por todos cuando uno sea atacado. Fijémonos en los datos de población, Gastos Militares y PIB entre los bandos que, según Rutte, van a entrar en guerra por iniciativa de Rusia.
Respecto a la cuestión demográfica, Rusia, con unos 148 millones de habitantes, se enfrentaría a una coalición de países con un volumen 830 millones (449 la UE + Gran Bretaña, 342 EEUU y 41 Canadá), lo cual supone cinco veces más población entre los supuestos atacados que la que tiene el supuesto atacante. Si la comparación la establecemos sobre los gastos militares, el balance es aún más desventajoso para Rusia, que en 2024 gastó 149 mil millones de euros frente a 1,337 billones del conjunto de los países a los que se enfrentaría (UE + EEUU + CANADA), lo cual supone que por cada euro ruso en gastos militar, sus adversarios gastan más de 9 euros.
Aún peor parada sale Rusia si comparamos su PIB con el del conjunto de países a los que tendría que enfrentarse en caso de que cometiera la terrible torpeza, por no decir locura, de atacar a los países europeos: el país de Putin tiene un PIB (año 2024) de 2,24 billones de dólares mientras la suma de los PIB de sus contendientes alcanza los 50,8 billones (19,4 para UE, 29,2 para EEUU y 2,24 de Canadá), lo cual implica que la coalición a la que tendría que enfrentarse Putin posee casi 23 dólares por cada dólar que tiene Rusia.
Estos datos pueden sufrir pequeñas modificaciones (en uno u otro sentido) dependiendo de la fuente a la que se acuda, pero en casi nada cambiaría la imagen general respecto a la tremenda desproporción de medios humanos, armamentísticos y económicos entre Rusia y el conjunto de países a los que según Rutte va a atacar Putin en cuanto acabe con Ucrania. El desequilibrio es tal en medios humanos, en armas y en riqueza que uno se siente ofendido en su inteligencia cuando escucha decir al Secretario General de la OTAN que tenemos que armarnos hasta los dientes porque Rusia nos va a atacar en cuanto acabe con Ucrania, donde las fuerzas rusas avanzan con dificultad frente a un solo país de solo 43 millones de habitantes.
¿Creerá Rutte que la mayoría de la población europea es tan estúpida como para creerse su burda propaganda? Sin duda hay una parte de esa población que se la cree (no nos engañemos, es así, la estupidez existe y en ciertas personas puede ser infinita, como afirmaba Einstein). Pero ir tan lejos en la propaganda deja cada vez menos espacio a los crédulos, que tienen que tener unas tragaderas de amplitud cósmica para creérsela y un grado de estupidez infinita para no ver que Rutte se ha pasado de rosca en su intento de aterrorizarnos para aceptemos sumisamente la economía de guerra que intentan imponernos.
Es tan burda que solo puede causar estupor, perplejidad, asombro y rabia, mucha rabia.
DdA, XXI/6199
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