Este Lazarillo agradece la recomendación del libro del profesor Gregorio Santiago, publicado por la Universidad de Granada, una obra que leeré como continuación a la que llevo ya bastante avanzada y está centrada en un periodo más corto de la posguerra. Me refiero a La hambruna española, de Miguel Ángel del Arco (ed. Crítica, 2025), cuyo compendio abarca el periodo 1939-1952, con un registro de fallecimientos por inanición y enfermedades derivadas del hambre y la mala alimentación que ronda las 200.000 personas. El libro de Santiago Díaz cifra el número de víctimas entre esta cifra y 600.000.
Valentín Tomé
Editado por la Universidad de Granada, y escrito por el doctor en Historia Contemporánea Gregorio Santiago tras cuatro años de investigación, este libro profundiza en los conocidos como «años del hambre», una auténtica hambruna que tuvo lugar en la España de los años cuarenta, en la que se estima que entre 200.000 y 600.000 españoles murieron víctimas del hambre o de enfermedades derivadas de la misma como las hipovitaminosis o enfermedades infecciosas. Así, toda la década estuvo marcada por el hambre, la carestía, el racionamiento, el mercado de estraperlo, la enfermedad y la muerte consecuencia de una política económica autárquica nefasta que sirvió a su vez como forma de control social. El libro establece una geografía de la hambruna, puesto que esta no afectó de igual manera a todo el territorio, sino que incidió de forma más profunda sobre La Mancha, Andalucía y Extremadura donde el raquitismo y otras patologías derivadas de la desnutrición fueron comunes entre los más niños con consecuencias crónicas para su salud una vez, si lograban sobrevivir, alcanzada la madurez. Si usted conoce o ha conocido algún manchego, andaluz o extremeño nacido a finales de los años 30 o inicios de los 40 es probable que aún pueda advertir en su fisonomía los efectos de aquella hambruna.
DdA, XXI/6207
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