La artimaña que especifica Merino ha sido posible, conviene recordar, porque la han fraguado, junto a la extrema derecha, todas las derechas de este país, incluidas las de Euskadi y Cataluña, ciscándose en los dictamines científicos que aconsejan no volver a considerar al lobo como pieza cinegética. Es en estas ocasiones cuando los electores deben valorar hasta qué punto son necesarios los votos a la vista de unas derechas como las que tiene y mantiene este país. Lo estamos lamentado siempre, pero a la hora de las urnas hay demasiada gente que deja de hacerlo.
Rafel Merino
El pasado jueves en el Congreso, las derechas acordaron derogar la orden que impedía la caza del lobo ibérico en toda España. Este gran logro medioambiental se había conseguido gracias a una modesta organización conservacionista (ASCEL) y contó con el dictamen favorable del Consejo de Estado, el apoyo de la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y el respaldo del informe de evaluación del Comité Científico. Es decir, el lobo dejó de considerarse un simple trofeo porque existe información técnica y científica que así lo aconseja, ya que su estado de conservación en nuestro país es desfavorable. Sí, desfavorable. Poco les ha importado todo esto al PP, Vox, Junts y PNV, ya que han colado una enmienda, por la puerta de atrás, en la Ley de Desperdicio Alimentario para desproteger al cánido y permitir que la especie vuelva a considerarse cinegética. Una artimaña con la que pierde nuestro patrimonio natural y perdemos todos.
El País
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