jueves, 22 de mayo de 2014

OJALÁ MAFALDA TUVIERA CUENTA EN TWITTER


Jaime Poncela

Julio Cortázar dijo en cierta ocasión que lo importante no es lo nosotros opinemos sobre Mafalda sino lo que Mafalda opina sobre nosotros. Y Mafalda empezó hace 50 años a decirnos lo que pensaba de nosotros, de nuestro mundo, nuestra violencia cotidiana, del machismo que hay en el salón de cada casa, de la pobreza mental y material, de la injusticia que se ceba con los niños y los viejos, y hasta de sus problemas con la sopa. Mafalda y Quino, su creador, merecidísimo premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (por comunicador y por humanista), llevan medio siglo diciéndonos de todo y haciéndolo con la crudeza que da el estilo directo de los niños y la inteligencia sagaz de un adulto con clase y ternura. Mafalda ha dicho que nuestra sociedad es una “zoociedad”, ha soltado una carcajada muda al leer en el diccionario el significado de la palabra democracia, le ha preguntado a su madre, exhausta ama de casa, qué le gustaría ser “si viviera”, y ha pedido que además de estar prohibido pisar el césped se prohíba también pisar la dignidad. Quino y Mafalda han sido virales sin redes sociales y han alimentado en medio siglo más conciencias que sulfurados tertulianos o aguerridos profetas de la moralina o la catástrofe. Sus mensajes rasos y a la cepa del poste, imparables, tienen más sustancia y verdad que cualquiera de las campañas electorales que hemos vivido hasta la fecha. El secreto de Quino y Mafalda ha sido no insultarnos, no avasallarnos, no tratar de aleccionarnos o redimirnos, no alzar la voz y cultivar la máxima de hacer reir diciendo la verdad por muy cruda que la verdad sea. No confundamos la educación con la conformidad. Nadie se ha querellado jamás contra las frases que Quino le prestó a Mafalda aunque a veces no lleguen a los 146 caracteres y su contenido sea más desestabilizador que cualquier soflama. Nunca Quino ha tenido que pedir disculpas por una frase de Mafalda porque cuando se habla con inteligencia, humildad y respeto se puede decir todo por muy duro que sea. Es verdad que por ese camino casi se nunca se llega a ministro o eurodiputado pero suele conseguirse el cariño y el respeto de muchas personas. Ese es el premio y la diferencia entre lo popular y lo populista. Tomen nota. Ojala Mafalda tuviera cuenta en Twitter.

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Artículos de Saldo DdA, XI/2.709

2 comentarios:

Arabiyo dijo...
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Anónimo dijo...

Le estaremos siempre muy agradecidos a Quino los de nuestra generación, porque sus viñetas nos ayudaron a hacer lo que más nos hace crecer hacia dentro: pensar y reir. Gracias Quino.

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