lunes, 15 de diciembre de 2025

POR QUÉ APOYO A PODEMOS


Cada vez que se celebran en este país elecciones, ya sean municipales, autonómicas o generales, convendría que desde el único partido político en España en el que no se ha registrado en sus filas ni un solo caso de corrupción, se recordara todo lo que se pretendió difamarlo con falsas acusaciones. Ahora se va a la urnas en Extremadura y se echa de menos que Podemos no haga uso de las hemerotecas, como ha hecho con esta vergonzosa portada del diario ABC el músico Salvador Niebla. 

Salvador Niebla

Algunos seguidores han reprochado mi apoyo a Podemos.
Dado que esta es una red social en la cual suelo expresar mis opiniones públicamente, permitidme que, aun siendo una cuestión personal, exponga mis argumentos.
Soy de una familia muy humilde que llegó a Cataluña en los años 60. Como la mayoría de los emigrantes en la época franquista, al ser una familia de 11 hermanos, vivimos circunstancias muy duras. En 1974, con solo 14 años y con la ayuda de mi hermano Félix, comprendí que este mundo no era justo y que debíamos luchar para cambiarlo. Así de su mano, me inicié en las juventudes del PSUC, partido de izquierda, que por ideología son quienes velan por nuestros intereses.
Durante esos años la izquierda se transformó y creímos que lo más eficaz que podíamos hacer era suavizarnos he ir de la mano del PSOE. La historia demuestra que este fue un craso error.
El 15 de mayo de 2011 arrancó en España un movimiento social conocido como la Revolución de las Plazas (15M), que protestaba contra la crisis económica, la corrupción, el desempleo y la clase política, exigiendo una democracia más real, participativa y justa. En esas fechas pude asistir a muchas de las reuniones que se organizaban durante la ocupación de la plaza Catalunya, en mi ciudad, Barcelona.
Ahí descubrí cómo gente joven, asqueada de la situación económica y del futuro tan incierto que tenía por delante, se estaban organizando para provocar un gran cambio.
Cuánto me recordó a los vivido en los años 70, al final de la dictadura franquista.
El poder político se asustó y lo que hizo fue desalojar a estos jóvenes de las plazas a palos. Detrás de las porras estaban el PP, CiU y el PNV y también, mirando hacia otro lado, el PSOE, ERC y parte de la izquierda. El único que más tarde se plantó y demostró su apoyo fue Julio Anguita, oponiéndose a las directrices de IU en ese momento.
El poder creyó que expulsándolos de las plazas se acabaría todo, pero no fue así. Estos jóvenes se unieron a muchas personas de la tercera edad en los barrios más marginados y comenzaron a crear una red de iniciativas que acabaría dando como fruto a PODEMOS.
En 2014 este frente de izquierdas y se presenta a las elecciones europeas, obteniendo un resultado increíble: 5 escaños y un 7,9 % de los votos, sin ningún apoyo económico más que la fuerza del pueblo. Este hecho descolocó a la mayoría de los políticos.
Su siguiente gran paso fueron las elecciones generales de diciembre de 2015, donde sus listas obtuvieron el 20,68 % de los votos y 69 diputados en el conjunto del Estado.
Ahí es donde el poder fáctico se asustó. Este joven partido, liderado por un excelente politólogo, Pablo Iglesias, estaba dando un golpe sobre la mesa, denunciando las injusticias y proponiendo nuevas ideas para mejorar la vida de las clases más desfavorecidas.
Este hecho marcó un antes y un después en la política de nuestro país. La derecha engordó a CIUDADANOS, un partido creado para hacer frente a este movimiento, y los dos partidos que habían gobernado hasta la fecha intentaron cambiar su imagen con líderes jóvenes como Pablo Casado en el PP y Pedro Sánchez en el PSOE.
En 2019, después de varios intentos, Pablo Iglesias convenció a Pedro Sánchez para formar un acuerdo de coalición progresista entre socialistas y Unidas Podemos, con el apoyo de ERC y PNV, y llevarlo al poder. En ese periodo PODEMOS impulsó leyes progresistas clave como la Ley de Vivienda (regulación de alquileres en zonas tensionadas), la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual (ley del «solo sí es sí»), la Ley de Cambio Climático, la reforma laboral (con la subida del SMI), el Ingreso Mínimo Vital, la recuperación de la sanidad pública universal y la ampliación de la educación infantil de 0 a 3 años. Hasta 14 leyes que reflejaron una agenda transformadora en derechos sociales, laborales, igualdad y medio ambiente durante su mandato.
Pero, aun con estos resultados, lo peor estaba por venir. Desde las elecciones de 2016, el PP estaba forjando un frente de guerra sucia, liderada por políticos, jueces, policías y gran parte de la prensa, para deslegitimar a PODEMOS y a sus líderes, llenando portadas de periódicos, tertulias televisivas y programas de radio con noticias o querellas falsas (29 en total), todas ellas sobreseídas.
El objetivo era bombardear por tierra, mar y aire para destrozar a unos políticos que sí eran honrados y nobles. Ningún caso de corrupción en sus filas a día de hoy.
Pero el daño ya estaba hecho. A toda esta guerra sucia se sumó la del PSOE, rompiendo su coalición con PODEMOS, un socio incómodo al que veía como su principal enemigo en la hegemonía de la "izquierda". Así que ayudó a romper desde dentro mediante la creación de auténticos caballos de Troya: primero Más Madrid, con Carmena y Errejón, y más tarde su coalición con Yolanda Díaz (SUMAR), tras romper con PODEMOS.
Todo esto ayudó a que mucha gente creyera que todas esas noticias falsas eran ciertas, que todos los políticos son iguales y que todos son corruptos. Nada más lejos de la realidad. Lo que he aprendido con los años es que cuando el poder fáctico ataca con tanta fuerza a un movimiento es porque ese movimiento sí defiende nuestros intereses.
Por ello sigo apoyándoles. No son perfectos —nadie lo es—, pero son jóvenes, nobles, inteligentes, intentan ser justos y, lo más importante, luchan con todas sus fuerzas contra nuestro verdadero enemigo: el gran capital, el IBEX 35.
Por todo ello y espero que me disculpéis, seguiré apoyando a Podemos
Músico

DdA, XXI/6198

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