Hunosa se niega a pagar a los brigadistas más de 9000 horas que les debe. Ante la desidia de la empresa, llueve sobre mojado, los brigadistas advierten que de no obtener soluciones ya, renunciarán a la Brigada y volverán a sus puestos. Con la Brigada desaparecerían más de cien años de experiencia adquirida de generación en generación que la hacen un grupo de élite.
Armando Nosti
La Brigada Central de Salvamento Minero, se fundó en 1912, su lema la define: “Ningún minero se queda en la mina”. No ejercen solo en la mina, van a donde les reclaman y colaboran estrechamente con la UME y otros organismos donde puedan aportar su experiencia. Tiene un convenio de colaboración con el Servicio de Emergencias del Principado. En 2006, participó en las tareas de rescate en una mina de Méjico, donde murieron 65 mineros. En Valencia, hace un año fueron recibidos con esperanza y despedidos con aplausos. En 2019 realizaron el rescate del cuerpo de un crío de dos años que se había caído a un pozo ilegal, en una operación seguida a nivel internacional por su extrema dificultad. En su más de un siglo de historia, han recibido la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, las Medallas de oro y plata del Principado de Asturias, la Medalla de Plata de la Cruz Roja y la Medalla de Oro al Mérito de Protección Civil entre otras distinciones.
En 1967, cuando la modernización de la minería en otros países europeos permitía obtener un carbón de mayor calidad y a precios más competitivos que el obtenido aquí, se creó la empresa Hunosa para hacerse cargo de las pérdidas de las familias afectas al régimen que habiéndose enriquecido con las minas de carbón sin invertir en su modernización las arruinaron , y porque los mineros, en “La huelgona” de 1962, pese a las durísimas represalias habían demostrado que no estaban dispuestos a seguir trabajando como esclavos. Conseguía la nueva “empresa nacional” dos objetivos, rebosar los bolsillos de los que se los habían llenado en tiempos de bonanza y crear unos cuantos puestos de trabajo, bien remunerados, para ellos y sus familiares en el “Pozu Moqueta”. Ahora Hunosa es una entelequia que hace como que hace cosas y anuncia que va a hacer más cosas.
Hunosa se niega a pagar a los brigadistas más de 9000 horas que les debe. Ante la desidia de la empresa, llueve sobre mojado, los brigadistas advierten que de no obtener soluciones ya, renunciarán a la Brigada y volverán a sus puestos. Con la Brigada desaparecerían más de cien años de experiencia adquirida de generación en generación que la hacen un grupo de élite.
Asturias no puede permitirse el lujo de perder una institución que le da prestigio, la enorgullece, forma parte de su patrimonio y presta un servicio insustituible. Si se trata de ahorrar, hay cientos de chiringuitos innecesarios.
LA NUEVA ESPAÑA DdA, XXI/6186

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