Félix Población
Ayer le dieron el Premio Nobel de la Paz en Oslo, una ciudad que registró por ello protestas ciudadanas en las calles sin que los grandes medios de comunicación dieran noticia de la mismas*, a una señora que defiende la barbarie perpetrada por el Estado de Israel en la Franja de Gaza y que goza de la fraterna amistad de Donald Trump, máximo valedor de esa barbarie y de un alto el fuego durante el que se siguen contabilizando asesinatos de la población civil palestina. Javier de la Puerta nos facilita hoy desde Jerusalén este vídeo de la situación que se vive en los extensos campos de tiendas de campaña en que se ha convertido la existencia de un pueblo masacrado y unas ciudades arrasadas por los bombardeos israelíes. Aunque las temperaturas siguen siendo suaves, la lluvia hace mucho más penosas las circunstancias en las que los gazatíes se ven obligados a vivir, sin infraestructuras de ningún tipo. Es el padre Gabriel Romanelli, párroco de la única iglesia católica de Gaza, el que ha colgado este vídeo para que tengamos cabal idea de la situación. Como recordarán, Romanelli recibía a diario la llamada telefónica del anterior Papa Francisco para tener información en directo del episodio histórico más brutal ocurrido en el planeta desde el holocausto en los campos de exterminio nazis. El actual pontífice no debió de considerar propio de su ministerio en la tierra mantener ese contacto con el único representante de su iglesia en la tierra arrasada de Gaza. Es un modo de deserción, a su vez, del mensaje de Cristo, sobre el que no he escuchado ni leído ningún comentario. Con razón Javier escribe que cuanto más escucha y lee la palabras de León XIV, más echa de menos la autenticidad de su predecesor, otra excepción loable en la iglesia de Roma. Me pregunto si ese hilo directo que mantenía el Papa Francisco con el padre Romanelli para saber de la barbarie israelí en Gaza lo ha interrumpido Robert Francis Prevost por no importunar a su compatriota Donald Trump, el forjador de un alto el fuego igualmente asesino. La guerra no terminó, nos dice Romanelli.
*Es de hacer notar que mientras la edición digital de El País España dedicaba ayer un amplio espacio a la supuesta odisea vivida por Corina Machado para salir de su país con dirección a la capital noruega, sin una sola alusión a las protestas en las calles de Oslo, la edición de El País América sí las tenía en cuenta, como hicieron otros medios de América Latina.
DdA, XXI/6195
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