viernes, 31 de octubre de 2025

CAROLINA ROMÁN Y SUS CIEN CHAVELAS, CIEN FASCINACIONES



Valentín Martín

Me entero por Paula Iwasaki, la del gato negro, la fuente inagotable de perfiles sobre el escenario, que "Chavela" ha alcanzado las 100 representaciones y va a por más. Hay voracidades tan lejos de las pavesas que te devuelven la fe. Fe de felicidades.
Esta "Chavela" nació en Valladolid donde Calderón de la Barca dió nombre a un teatro en la calle de las Angustias. Para invadir y gatusar el nombre de don Pedro hay que tener mucho coraje, mucho talento y haberte bebido todos los ríos.
Carolina Román, que tiene hambre de lumbre, se atrevió a escribir y dirigir este viaje a la última chamana. Desde el minuto uno de la primera representación uno se da cuenta de que ese ir y venir por el tiempo de los dulzones cirros que propone el montaje, iba para largo. Ha llegado a los 100 que es donde quiero yo estar para seguir escribiendo siseos y contradecir a la loquera.
Hay que cuidar las pasiones para que sean más y se pongan a clarear la vida desde el teatro. A mí me apasionan todas las pasiones, pero sobre todas, la libertad. Y esta "Chavela " es una evocación de la libertad en forma de canto sobre el amor y el dolor. Lo que nunca muere, como escribió aquel Sautier Casaseca que intentó robarme a mí una obra.
Las pasiones de "Chavela" tienen nombre de mujer a la sombra musical de Alejandro Pelayo. Aquí están María Rozalén, Luisa Gavasa, y Nita, Paula Iwasaki, Raquel Varela y Laura Porras.
Todas las ternuras queman y ellas son la multiplicación de las mejores seducciones que besan la vida. Como para pasar frío lejos de ellas.
Cien Chavelas, cien fascinaciones, que sean mil, y que María Isabel Anita Carmen de Jesús lo vea.

DdA, XXI/6153

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