martes, 9 de septiembre de 2025

HAY QUE INVENTAR LA VIDA PORQUE ACABA SIENDO VERDAD


Máximo Huerta

No he podido conectarme hasta esta hora. Escribo desde Madrid y con el madrugón en la cabeza, en los ojos y en las manos. No serán pues unos buenos días, sino las buenas tardes. Me he reincorporado a mi colaboración en la tele y disfrutaré de amigos a los que quiero, con los que ya trabajé, y de un Madrid que siempre me trató muy bien y al que yo me bebí (como decían de Ava Gardner). Soy muy agradecido con los lugares y las personas que han demostrado cariño. Se llama fidelidad. Y estas escapadas de uno o dos días, son oxígeno para seguir fuerte en casa.
Muchas veces decís/escribís eso de "¿quién cuida al cuidador?" Yo siempre respondo que nadie. Lo digo de manera seca, rotunda y confirmada. Nadie cuida al que cuida. Es uno mismo el que debe buscar islas donde naufragar, como la canción, o donde coger aire de la superficie para sumergirse otra vez en el océano. Las baterías se descargan constantemente, lo sabrán bien los que tienen alguien a su cargo. Cuidar es, en ocasiones, un robo de vida. Desmoraliza. Entristece. Opaca. Y cualquier puerta, ventana, amigo, escapada, sonrisa o brisa, si no limpia malos pensamientos, al menos los aligera.
Aligerar es sanísimo. Todo lo que quita peso, hace volar. Es física. Por eso termino el texto así, que no quiero remordimientos ni darle vueltas excesivas a la cabeza. En eso soy especialista, no necesito dobles de acción. Yo mismo me las doy, como Tom Cruise en sus películas.
Ahora mismo me busco una terraza, pido un agua con gas y reviso a ver si en mis pies está por casualidad mi perra. Con imaginación todo aparece. Como decía la Matute, hay que inventar la vida porque acaba siendo verdad.
Un beso a todos. La foto es de París (de hace tiempo, obvio).

DdA, XXI/6097

No hay comentarios:

Publicar un comentario