martes, 26 de agosto de 2025

¿QUÉ FUE DEL CONSEJERO QUIÑONES, DE QUÉ SE ESCONDE?

 


Félix Población

Desde que Aznar el de las Azores marcó la pauta, impropia de un jefe de gobierno ante un atentado terrorista como el del 11-M, de no visitar a las personas víctimas de aquella masacre -heridos y familiares de los fallecidos- , parece que lo de ausentarse para confortar a las víctimas de cualquier otro atentado es cosa menor por parte de sus compañeros de partido, tal como acaba de demostrar el presidente del gobierno de Castilla y León y su consejero de Media Ambiente. El primero no estuvo con el presidente Pedro Sánchez durante su visita a las localidades afectadas por los incendios en la provincia de Zamora hace unas fechas y el segundo, responsable junto al anterior (10 años en la consejería) de la nefasta política y gestión realizada por la Junta en la prevención y extinción del fuego en nuestros montes, lleva quince días desaparecido, como si así quisiera preservar una imagen que esperamos haya sido definitivamente dañada. Lo que me gustaría saber es el planteamiento que por fuerza han de haber urdido el presidente y su consejero para que esta ausencia pública se haya proyectado durante dos semanas, sin que hasta ahora -además- los medios hayan reparado en la misma. Imagino a Mañueco decirle a Quiñones que procure esconderse, a ver si cuando los montes dejen de quemarse -120.000 hectáreas en la abandonada provincia de León y cinco de las siete Reservas de la Biosfera afectadas-, el consejero puede reaparecer y pelillos a la mar con su desastrosos balance de gestión durante el último lustro. ¿Se creerán de verdad estos dos políticos mediocres que las gentes de esta tierra, la marginada y despreciada región del viejo reino leonés, es así, que puede olvidar lo que ha supuesto este ciclón de fuego como colofón a tantos años de abandono por parte de las administraciones, hasta el punto de dejar sus pueblos casi sin gente y casi a merced de las llamas? Deberíamos confiar en que si esas pocas gentes han sabido defender esos pueblos ahora, ante la negligencia de los máximos responsables políticos y los insuficiencia de los medios y personal antincendios, esas gentes y todas las que no tengan prejuicios ideológicos no olvidarán y el consejero y su jefe, de mantenerse en el cargo ahora sin vergüenza, serán castigados en las urnas. 

Arde la Naturaleza
Félix Maraña
Los incendios de Galicia,
de Extremadura y León,
los de Castilla, región
inventada con malicia,
han dejado una calvicia
que hiere nuestra mirada.
Una tierra devastada,
flora y fauna destruida,
un futuro sin salida
y la gente desolada.
Y esas gentes se preguntan
dónde están los que nos mandan,
decidnos por dónde andan
y por qué no se conjuntan,
por qué de una vez se apuntan
al consenso y al acuerdo,
que quede para el recuerdo
que al menos por una vez
ha primado la adultez
sobre el torpe desacuerdo.
Arde la Naturaleza
una vez más en verano,
y es así, año tras año,
con esmerada fiereza.
Y se añade la torpeza
de la torpe autoridad,
con impericia y maldad,
incapaz de responder
a cuanto es menester
para la comunidad.

También en el Principado
de Asturias, patria querida,
han padecido la herida
de ver su rostro quemado,
Picos de Europa arrasado
por la brasa incontenible,
lenguas de fuego, terrible
infierno que arrasa todo.
No ha habido forma ni modo;
un daño ya irreversible.

DdA, XXI/6084 

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