Después de la correspondiente denuncia del PACMA, en contra del inadmisible cautiverio que sufría una pareja de osos en el Coto Escolar de León desde hace más de treinta años, Luna y Ponderoso, que así se llaman, iniciarán un largo viaje con destino a lo que llaman un santuario de animales en Múnich, especializado en esta especie. Estos dos osos habían llegado a León en 1991 y 1993 con algunos meses y un año de vida por lo que su edad está en los 34 y 32 años, a tiempo aún para que su último tramo de existencia discurra en un entorno más agradable. El traslado -leemos- se llevará a cabo por una empresa especializada en transporte de animales salvajes. Para el viaje, se les sedará inicialmente con el fin de facilitar que los osos puedan ser introducidos en los transportines en los que irán. Posteriormente, el viaje lo harán despiertos. Será un transportín para cada oso y ambos en el mismo vehículo. Durante el transporte irán acompañados por un veterinario y dos conductores, con el fin de que el trayecto no se demore para los animales. En el viaje estarán monitorizados durante todo momento con control de temperatura y humedad. Vaya nuestro agradecimiento al PACMA por denunciar la situación de estos animales, propia de pasadas décadas, cuando los osos enjaulados constituían una atracción a la que se solía llevar a los menores. El pasado 3 de abril, Félix Población publicó en este DdA este artículo al respecto:
Félix Población
No veía un oso tras unas rejas en un actitud tan rendida a su cautividad desde los tiempos de Petra y Perico, los osos de la jaula del parque de San Francisco de Oviedo, a la que los niños de mi tiempo iban a ver acompañados en ocasiones de sus profesores. El macho falleció pronto, pero Petra soportó su cautiverio hasta finales de los años sesenta, creo recordar.
Eran otros tiempos, en los que no se concebían circos sin leones o jaulas como la del parque ovetense o las del Retiro madrileño. Esto último ahora, aunque la jaula sea de 700 metros, no es admisible, pero ocurre en la ciudad de León, según ha revelado Diario de León y ha denunciado PACMA. Como en el caso de Petra y Perico, también se trata de una pareja de osos, Luna y Ponderoso, que están encerrados desde hace 33 años en el llamado Coto Escolar de León, se supone que para mostrar a los animales a las visitas de los centros educativos.
Ponderoso procede de un zoo de Matapozuelos (Valladolid), creado en 1980, con 50 hectáreas de extensión, que cerró en 2007 por no ser rentable. Antes llegó el osezno Ponderoso a León, hasta convertirse en el oso pardo cautivo más grande del que se sepa en la península y quizá en Europa. Luna llegó a León un año después, en 1993, para acompañar a Ponderoso en su cautiverio.
El Ayuntamiento de León sigue presentando a Luna y Ponderoso como sus estrellas -según leo en el citado periódico- de lo que denominan aula didáctica de educación ambiental, cuenta incluso que tienen el secreto de la longevidad y que son símbolo e historia del Coto. Las declaraciones han indignado a las asociaciones protectoras de animales y a los ambientalistas. Al PACMA y Sacrificio Cero se unen otras voces. Lejos de parecerles un «éxito», estas organizaciones condenan la manera en la que están obligados a vivir los dos osos y denuncian «la falta de espacio, de estímulos y de enriquecimiento ambiental en el recinto donde estos animales han sido condenados a vivir durante toda su existencia».
No espero que se haga algo para evitar que después de una vida de cautividad, los últimos años y la muerte de Luna y Ponderoso merezcan un ámbito de albedrío más ameno y favorable. Quizá ya no sea posible. Lo extraño y preocupante es que, como en aquellos años sesenta en el Parque de San Francisco, nadie haya reparado hasta ahora en ese Coto Escolar que exhibe a tan avanzada edad a dos osos pardos entre rejas durante más de treinta años. En un país que protege a esa especie y lo está haciendo con buenos resultados en los propios Montes de León, no se concibe lo que Diario León acaba de publicar.
La conocida Senda del Oso, una ruta senderista de Asturias que caminan cada año buen número de visitantes, tiene entre sus puntos de máxima atracción el cercado de osos de Santo Adriano, en el que desde 1996 vive la osa Paca y hasta 2018 vivió la osa Tola, sustituida desde entonces por la osa Moli. Nada que ver las condiciones en las que discurre la vida de estos dos plantígrados con las del par de osos del llamado Coto Escolar de León. Aparte de estar en un entorno territorial adecuado para la especie, disponen de hasta 40.000 metros cuadrados para su silvestre esparcimiento. ¿Cómo es posible que en León a nadie se le haya ocurrido copiar simplemente la iniciativa puesta en marcha en Asturias, compartiendo con esta región las mismas montañas y estando Asturias y León comprometidas en la protección y conservación de la especie?
DdA,XXI/6.037
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