Félix Maraña
Oiga, no sé, o sea, ¿no?
La marquesa de Griñón
se ha tragado una aceituna,
oliva de su fortuna,
Y lo hace en televisión
con la escasez de su verba,
con su ignorancia superba
y su tradicionalismo,
reaccionario catecismo
que su miseria exacerba.
Le tiran los de su cuerda
y le ponen un anzuelo
que le sirva de señuelo
para que la tonta muerda,
pero sólo muerde mierda
pues su discurso se agota
ya que viene a dar la nota
tan hortera y sin razón,
ella suelta la opinión,
arbitraria, torpe, ignota.
Y recibe la ovación
de muchos espectadores,
todos ellos sabedores,
palmeros de profesión
de su vana educación,
porque son tal para cual.
Mientras, el grupo tribal
sueña con ese dinero
de la tarjeta que espero:
el sueño del capital.
Y aplauden, maldita gracia,
a la marquesa que dice,
pontificando y maldice:
"todo el PSOE es una mafia".
Su idea de democracia
carece de fundamento,
pues todo su pensamiento,
que cabe en una aceituna,
le retrata inoportuna,
vulgar y sin fundamento.
Algo le falta o faltó,
a esta mujer consentida,
que presume de una vida
a lo Tamara Falcó.
Tonta desde que nació
aunque ha ido mejorando,
sin estudiar y rezando
por su novio pecador.
Que lo pilló besador
con besos de contrabando.
Investida cocinera,
ganadora de un programa
cuyo mérito es la fama,
como si ella supiera
cocinar a la primera
si nunca había cocinado.
¿Lo ganó? Estaba amañado,
sonrojando a mucha gente,
preparada, inteligente,
superiores a su lado.
La marquesa está muy triste,
¿qué le pasa a la marquesa?
Le ha cogido por sorpresa
y no ha cogido otro chiste,
confundiendo ristra y ristre
y echando esa carcajada
de ignorante doctorada,
que te compre quien te aguante
y luce pija, arrogante,
tu formación limitada.
DdA, XXI/6.027
No hay comentarios:
Publicar un comentario