Pues sí que es verdad, como es verdad que tampoco los generales que se mantuvieron fieles al gobierno republicano del Frente Popular recibieron hasta ahora el homenaje de un gobierno democrático a lo largo de lo que se ha dado en llamar cincuenta años de libertad, partiendo para esta última denominación de que con la muerte del dictador se inició este periodo como por ensalmo. Ni a los generales republicanos ni a las mujeres (esposas, compañeras, madres, hermanas, hijas) de las víctimas del franquismo enterradas en fosas y cunetas.
Tenemos, sin embargo, un libro de reciente publicación que sí homenajea en cierto modo a esas mujeres. Lo escribió Juan Moriche y se titula Memoria de la mujer. Víctimas de la represión y resistentes del franquismo en el Campo de Gibraltar. Recoge el autor el testimonio de 41 mujeres de esa comarca, consistente en dar referencia de las circunstancias en que fueron asesinados los abuelos, padres y demás familiares de esas mujeres, así como las adversa y penosa realidad de sus vidas durante los años posteriores.
Moriche, que renunció hace años a ejercer el periodismo por lo que dejó escrito en su interesante libro El periodista desvelado, se sirvió de las investigaciones llevadas a cabo con motivo de las exhumaciones que el Foro Por la Memoria del Campo de Gibraltar realizó entre 2010 y 2023, con un total de medio centenar de entrevistas. En este caso se centró el autor en las mujeres porque considera que fueron las mujeres doble y hasta triplemente víctimas del franquismo y faltaban en la comarca estudios sobre la guerra, la posguerra y la represión que sufrieron.
El libro también dedica una parte de su contenido a las familias de las mujeres que fueron asesinadas, sin que falten los casos de los bebés robados. Es de sumo interés la observación que hace el autor acerca del silencio con el que las familias de los represaliados tuvieron que vivir su asesinato durante la dictadura, aparte de sufrir el dolor, el hambre, las amenazas y extorsiones. "Fueron utilizadas como arma de guerra, las violaron (sólo uno de los testimonios habla de una violación, pero ha sido un tema tabú entre las entrevistadas), las chantajearon y se hacía escarnio público con ellas; las niñas ayudaron a sus madres como recoveras y 49 de las 58 entrevistadas, aseguran que no se hablaba nunca o casi nunca del familiar asesinado. Aprendieron que de eso no se hablaba y lo peor es que ese silencio ha sido muy dañino para ellas y para la sociedad. Nadie les ha hecho un homenaje, un reconocimiento, nadie les ha dado un abrazo y les ha dicho, os queremos. Las víctimas han vivido su dolor en su casa, interiorizando, en algunos casos, su culpa, como si se lo merecieran".
Siguiendo con este razonamiento, que podría extenderse a lo que ocurrió en todo el país, Moriche explica que haya hoy en día descendientes de fusilados que son de extrema derecha: "Hemos llegado a esto porque la sociedad no ha hecho lo que debería, un homenaje a esas víctimas de la inhumanidad y crueldad del fascismo. No se trata de actos partidistas, estamos hablando de derechos humanos".
En similar sentido al del libro anterior se desarrolla el de Sol Gómez Ortega gracias también al testimonio de veinticinco mujeres, a las que fue entrevistando la autora a lo largo de los últimos años y que conforman Mujeres de la memoria, una obra que se presentará próximamente en Valladolid. El sentido último que alienta estas veinticinco entrevistas en clave de mujeres, sin duda, la búsqueda de la verdad, pilar fundamental en el que se sustenta la memoria histórica, para, de esta manera, hacer justicia y llegar a la reparación simbólica de unos hechos sistemáticamente silenciados a lo largo de casi noventa años.
Todas las mujeres de los fusilados, presos, desterrados y demás represaliados de la dictadura (madres, esposas, hermanas, hijas), deberían haber merecido hace mucho tiempo un homenaje de la democracia a las penalidades y el dolor con el que vivieron en silencio esas circunstancias, porque ellas también fueron víctimas de la dictadura franquista y algunos bien lo sabemos por haberlo vivido. Puede que a toda una Secretaría de Estado para la Memoria Democrática no se le haya ocurrido.
PS. Por cierto, se cumple ahora medio siglo del día en que las mujeres pudieron abrir una cuenta bancaria o conducir un vehículo sin permiso del marido.
DdA, XXI/5.978
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