¿Es casualidad que el dueño de PRISA y presidente de El País, sea, a la vez, el segundo mayor accionista privado de INDRA, la gran empresa armamentística española que se dispara estos días en bolsa?
Alejandro Álvarez
En la mañana de hoy, la larga tertulia de la SER se centró en el tema del rearme sin citar jamás el término rearme, mostrando las y los tertulianos total uniformidad a la hora de evitar palabras que, al clarificar, pueden provocar rechazo en la población. Ya sabemos que el cambio de palabras dictado por los asesores de comunicación del Gobierno (cambio asumido por todos los que defienden esta carrera armamentística) y puestas en circulación por Pedro Sánchez pretende modificar posición de la mayoría social, contraria a la guerra y al aumento armamentístico, haciéndole más digerible el cambio de posición, pero no modificando los hechos sino las palabras, es decir, modificando su pensamiento.
En este sentido es revelador que todas y todos los tertulianos evitaran sistemáticamente los vocablos "guerra", "armamento" "rearme" u otros equivalentes y que reiterasen, como si siguiesen el mismo argumentario, los que ha puesto en circulación el propio presidente del Gobierno: "inversión en seguridad y defensa".
Por otro lado, en la tertulia no había debate, sino la suma de posiciones idénticas, monolíticas en el empeño de convencernos de que tenemos que armarnos mucho, situándonos ante una situación límite, la "urgente" necesidad de "garantizar nuestra seguridad", de forma que las y los oyentes, ante tal urgencia, nos situemos ante el abismo de un ataque inminente (la referencia hecha por Rute de que un misil ruso llega a Madrid solo unos minutos después que a Varsovia estuvo presente en la tertulia) y quedemos paralizados e impedidos para cuestionar esa necesidad imperiosa a la que "no hay alternativa", resucitando de hecho un lema de Margaret Thacher.
La posición de la radio del grupo Prisa no es en absoluto extraña si consideramos que uno de los principales accionistas de ese grupo es el fondo Ambert Capital que, no casualmente, es, a su vez, uno de los accionistas de la mayor empresa de armamento española, INDRA, que se verá muy beneficiada por esa política belicista. La Ser, por tanto, actúa en esta campaña de propaganda armamentística de acuerdo a los intereses de sus accionistas. La guerra genera suculentos beneficios para unos, que, además, suelen ser los mismos que no van a sufrir sus tremendos daños. En tal sentido conviene recordar aquella pintada de hace décadas según la cual "a la guerra van personas que se desconocen pero se matan entre ellos pero son enviados a ella por otros que sí se conocen entre ellos pero no se matan" (cita de memoria).
DdA, XXI/5.944
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