El pasado domingo, alguien tan afín con los intereses del Partido Popular como Pedro J. Ramírez, suscribía en su habitual carta semanal en el diario El Mundo que nunca ha habido en La Moncloa un gobernante tan distante de todos y de todo, tan alejado de la sociedad civil, tan desentendido de los problemas sectoriales, tan incomunicado de los españoles, tan ajeno a los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa. Esa opinión respecto a Mariano Rajoy es compartida, al parecer, por algunos ministros y altos cargos de su gobierno, que así se lo han participado al director del citado periódico. Algún medio digital habla hoy, incluso, de una rebelión soterrada contra la actitud de don Mariano, incapaz de dar la cara ante los problemas que afectan a su partido y al país.
Reincidiendo en esa postura
cobarde y vergonzosa, el señor Rajoy volverá esta mañana al recurso de
comparecer virtualmente ante los periodistas en la sede del Partido Popular con
motivo de la reunión de la
Junta Directiva Nacional. Los informadores no tendrán
oportunidad de plantear al presidente del Gobierno y presidente del PP ni una
sola pregunta relacionada con los casos Bárcenas, Gürtel y Feijóo, que afectan
directamente a su partido. Tampoco será posible indagar en los criterios que
mantiene don Mariano ante cuestiones nacionales tan dolorosas para buena parte
de sus conciudadanos como son la duradera crisis económica, el desempleo
creciente y el drama de los desahucios que soportan miles de familias. Jamás,
en efecto, hubo en La Moncloa,
presidiendo un gobierno democráticamente elegido, alguien que mostrara y
demostrara tal falta de sensibilidad ante la realidad cotidiana de los
españoles. También se le podría llamar miedo.
Desde el Días de Los Inocentes del año pasado,
Mariano Rajoy no ha permitido a los periodistas ni una sola pregunta en las falsas
ruedas de prensa que ha convocado en España. Solamente, y por obligadas razones
de protocolo, eso ha sido posible en Berlín, Bruselas o París, en donde
acompañaba a otros líderes europeos. Hoy, en Madrid, volverá a presentarse ante
los informadores encapsulado o escondido en una pantalla y con un mensaje tan retórico, convencional y plano como los que acostumbra.
Lo deseable y lo ético, ante la
reiteración de esa estrategia por parte de don Mariano el
Plasmático, sería que los medios no acudieran a la cita, tal como ha anunciado
El Diario.es. Una rueda de prensa sin preguntas es una indecencia, inaceptable
e intolerable, convóquela quien la convoque, pues aparte de desvirtuar la
denominación y significado del término supone un desprecio a la profesión de
los periodistas convocados, cuyo papel se limita al de mera escenografía, sin posibilidad activa de plantear al convocante las cuestiones que preocupan a la sociedad y merecen respuesta. Ante
convocatorias así, los directores de los medios deberían adoptar como medida sistemática no enviar a ningún informardor o retirarlo en el momento en que su cometido se limite al de mero comparsa transmisor de un comunicado oficial.
+@Las preguntas que Mariano Rajoy hoy tampoco contestará, por Ignacio Escolar
+@Las preguntas que Mariano Rajoy hoy tampoco contestará, por Ignacio Escolar
PUNTOS DE PÁGINA
DdA, IX/2348
1 comentario:
La mansurronería del gremio periodístico es proverbial, por eso tenemos unos medios infumables totalmente apegados al poder, ya sea del gobierno o de la oposición. PPrensa y PSOEprensa, así nos va. Los mismo en las comunidades autónomas.
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