Félix Población
Por lo general, desde hace un tiempo, los canales de televisión en España suelen conceder tiempos informativos extraordinarios a episodios de cierta enjundia relacionados con la actualidad. Por lo general se suele tratar de asuntos negativos como ocurrió con las inundaciones en la provincia de Valencia que causaron más de 200 víctimas mortales, achacables según todos los indicios a la negligencia del gobierno autonómico que sigue presidiendo el mismo individuo después de ocho manifestaciones en las calles pidiendo su dimisión. Ahora, entrado el verano, la presunta corrupción de dos secretarios generales del PSOE amenaza al gobierno de la nación y llevamos dos semanas, dos, en los que la actualidad ha quedado sometida a todo cuanto gira en torno a esto. Coincide el caso y derroche de horas de información y opinión dedicadas al mismo, con unos días de calima y temperaturas elevadas que favorecen el amodorramiento ante la pantalla del televisor, viendo y escuchando sucesivamente las mismas imágenes de los protagonistas del caso, así como las opiniones reiteradas hasta el hartazgo de los tertulianos fijos que se dan cita en cada plató. En La Sexta, ayer noche, en el programa especial de la señora de Ferreras, este, su cónyuge y colaboradores hicieron todo lo posible por irse a dormir creyendo que con sus intervenciones contribuirían a la caída de un gobierno, cuando todavía ni la justicia sabe lo que estos sabiondos pregonaron con una suficiencia machacona. Por su parte, Cintora, en la televisión pública, se empeñó en no salir de los cuatro datos conocidos y difundidos por lo telediarios para llenar un programa de más de dos horas a base de comentarios repetitivos sobre cuestiones aún más. Estoy convencido de que, a menos que surja otra noticia importante, el caso de los secretarios generales no nos abandonará en los próximos días, incluso sin que haya más informaciones de calado que ofrecer. Pareciera que los medios, obedeciendo al partido de la oposición, se hubieran puesto todos a una a crear unas expectativas de recambio en la gobernación del Estado que, al día de hoy, no responden, con ser grave, a la entidad de la corrupción denunciada, sobre todo teniendo en cuenta los precedentes con el Partido Popular en el ejecutivo. Tuvimos un M. Rajoy pero, hasta ahora, no tenemos un P. Sánchez. El auto contra Santos Cerdán ha alejado además tal posibilidad, según leo esta mañana, porque parece que éste era el capo di tutti capi.
DdA, XXI/6.026
No hay comentarios:
Publicar un comentario