Félix Población
La diócesis de Salamanca emitió el pasado martes un torpe e insubstancial comunicado en respuesta a la información publicada en el diario El País en la que se escucha al obispo de Salamanca, prelado López,
ofrecer una compensación económica a una persona agredida sexualmente por un
miembro de la Iglesia a cambio de su silencio. El comunicado, bajo el que se oculta el obispo López, se limita a arremeter con una torpe e insubstancial redacción contra el periódico y la información
publicada, por la evidente manipulación
informativa, que no tiene fundamento en las manifestaciones atribuidas
al obispo de Salamanca, y contamina la veracidad del conjunto de la
información restante.
Asimismo, apuntan desde la diócesis a que todo lector u oyente de
los medios de comunicación se tome unos minutos de su tiempo para
analizar críticamente el texto escrito y para escuchar el audio
correspondiente. Y que cada uno se forme su propio criterio, lo cual no es mucho decir después de escuchado lo que se escucha. Desde el
obispado se señala también que se está indicando que la
reclamación por compensación de daños debe ser parte del proceso y ha de
constar en las actas para que el Tribunal la tome en consideración.
Sin embargo, ese mismo martes el denunciante, Javier Paz, confirmó en el programa Hoy por Hoy Salamanca de la Cadena SER
que él sí recibió, y eso interpreta, esa propuesta de compensación
monetaria a cambio de que no aireara las vergüenzas de la Iglesia, y
este caso de abusos sexuales, ante la justicia ordinaria y los medios de
comunicación.
Hoy jueves, el diario El País ha avanzado un poco más en la investigación y señala al prelado López por haber ocultado más denuncias de abusos sexuales a menores del cura de San Julián, Isidro López Santos, en las parroquias y los dos colegios donde desarrolló su labor. El periodo temporal abarca varias décadas: en la parroquia de San
Julián y San Martín permaneció desde los años setenta hasta mediados de
los noventa, y en San Pedro Apóstol, hasta 2003. Las s
denuncias se remontarían al menos a los años noventa, según El País.
En febrero de 2015, el papa Francisco pidió a los obispos y responsables religiosos
católicos en todo el mundo que no encubran los casos de pederastia, en
una carta difundida por la Santa Sede y enviada A los presidentes de todas las conferencias episcopales, a los
superiores de institutos de vida consagrada y de las sociedades de vida
apostólica. En ella, instó Francisco a los obispos a garantizar la seguridad de
los menores en las parroquias, que deben ser “casas seguras” para las
familias, y les recordó que “no hay absolutamente lugar en el ministerio
para quienes abusan de los menores”. En el caso de la conferencia episcopal española se eligió recientemente como presidente de la comisión creda para la prevención de la pederastia al obispo de Astorga, que encubrió casos en su diócesis, como si los respetables monseñores de la conferencia española se hubieran pasado la carta del pontífice por el palio.
DdA, XV/4.000
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