No quiero dejar pasar el día sin recomendar, como casi siempre que publica su artículo en el diario La Voz de Asturias, el que hoy dedica el profesor Enrique del Teso al atroz asesinato del periodista saudí Khasohogi en la embajada de su país en Estambul, artículo (El crimen de Khashogi, una reflexión sobre nosotros) del que transcribo la última parte, con advertencia expresa de no perderse el resto:
No podemos inventar el mundo cada día, ni razonar cada acontecimiento
desde cero. Tenemos que acumular algo parecido a una experiencia moral,
un repertorio que nos distinga el bien y el mal por experiencias o
reflexiones hechas, de manera que no enfrentemos cada suceso como si
nunca hubiéramos tenido que tratar con el bien y el mal. A esa memoria o
experiencia moral es a lo que llamamos principios. Andar por la vida
con principios puede hacernos rígidos, pero en su debida dosis, nos
permite actuar con una moralidad compleja y con cierta forma de
eficacia, sin tener que partir de cero cada vez. A poco tiempo que
dediquemos a reflexionar no haría falta una historia de viveza tan atroz
como la de Khashoggi. Y a poco valor que demos a los principios,
nuestro gobierno habría sabido desde el principio que no se pueden
vender bombas a manos enloquecidas que matan en masa. El asco es una
emoción tan útil como la alegría y es un buen momento para no ocultarlo.
No olvidemos que somos la opinión pública.
DdA, XV/3994
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