viernes, 17 de agosto de 2018

EN CASI 80 PUEBLOS DE SALAMANCA NO SE REGISTRÓ UN NACIMIENTO EN UN LUSTRO



Félix Población

Esta es una noticia recurrente para la reincidencia en su gravedad, muy apropiada para que todos los salmantinos, leoneses y castellanos tengan en cuenta los méritos que avalan al gobierno regional del Partido Popular que desde hace más de treinta años gobierna esta comunidad autónoma gracias a la reiterada confianza que le otorgan sus ciudadanos. 

Leáse y volvamos a lamentarnos: Hasta setenta y nueve (79) de las localidades de la provincia de Salamanca no saben lo que es celebrar un nacimiento desde hace un lustro. Se trata de pueblos donde solo se muere, como también ocurre en otras provincias de la región cuyo negro porvenir debería alarmar a quienes tienen la responsabilidad y la obligación de evitarlo.

Así se desprende de los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre el movimiento natural de la población entre 2012 y 2016, último del que hay datos disponibles por municipios. Se prevé, asimismo, un aumento en la lista de localidades donde no se produzcan nacimientos, teniendo en cuenta que hay otras 140 localidades  donde solo hubo entre 1 y 3 nacimientos en el último lustro. En otras 81 se han registrado entre 4 y 10 nacimientos. Se trata de pueblos de residencia de la madre, porque casi todos los niños nacen en el hospital. En definitiva, hay 290 pueblos con sólo diez o menos nacimientos en los último cinco años, de los 362 que integran la provincia.

Hay un film que no he visto, pero que aconsejaría a Herrera y su equipo de gobierno ahora que el primero ha anunciado su retirada como primer mandatario regional después de tan provechosa carrera en la despoblación de su tierra. Se trata de El violín de la piedra, de Emilio Ruiz Barrachina, donde el último habitante de un pueblo convive sólo y solo con su memoria y la de quienes le precedieron, ya fallecidos, hasta la llegada de un extraño violinista que anuncia su punto final. Mientras, los episodios  más importantes de ese lugar, que morirá junto a su solitario personaje, recobran la vida que tuvieron. 

La historia -se nos dice- está contada en clave de amarga comedia sobre la despoblación rural y sus consecuencias para una sociedad que está olvidando sus raíces. Lo de Castilla y León es una tragedia: Situación o suceso luctuoso y lamentable que afecta a personas o sociedades humanas. (RAE). Según el INE, desde que se inició la crisis/estafa de 2008, esta comunidad autónoma ha visto descender ininterrumpidamente su población hasta llegar a perder 125.000 habitantes. Dudo que pueda darse un cifra similar en alguna otra región de la Unión Europea.

DdA, XIV/3927

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