miércoles, 21 de marzo de 2018

CON TÍA BENINA POR UN CAMINO DE NIEVE EN PRIMAVERA

La imagen puede contener: una o varias personas, árbol, cielo, nieve, exterior y naturaleza

Pepe Guinea

Hoy he podido acompañar a mi buen amigo Paco en la despedida de su madre. Tuve la suerte de compartir buenos ratos con ella, así que mi acompañamiento era también un gesto de reconocimiento hacia todo el cariño que pude recibir. Siempre me recibió con una sonrisa. La conocí ya muy mayor y para mí ha sido y sigue siendo un ejemplo acerca de cómo encarar la vida desde la adversidad. Fue una gran consejera en mis inicios como horticultor. Con uno de sus brazos paralizados, que llevaba recogido en un pañuelo sobre su vientre, manejaba la azada con la destreza de un ninja. Con ella aprendí que, como decía aquel anuncio, 'la fuerza sin control no sirve de nada... La fuerza bruta de mis treinta, no tenía nada que hacer contra su depurada técnica de toda una vida y a sus ochentaytantos, cada golpe suyo valía por 10 míos. Ahora sus restos reposan en el pequeño pueblo que la vio nacer y que desde hace tiempo, también forma parte de mi historia. Aun con la contradicción que me genera por tratarse de una pérdida, tengo que decir que creo que ha sido la experiencia más 'bella' que he tenido en relación a la muerte. Tan distante de la masificación de las ciudades, de las cabinas numeradas donde parece que te diriges a una puerta de embarque, del tratamiento aséptico donde todo ocurre a cierta distancia o a través de una mampara... Caminando a través de la nieve de este primer día de primavera, entre todos los que hemos podido echar una mano, trasladamos su cuerpo hasta su destino final, donde tras despedirnos, retomamos el camino de vuelta. Aunque bien se sabe que soy un hombre pegado a una cámara, por respeto no me pareció oportuno llevarla. Desbordado por la autenticidad del momento, recurrí a mi viejo móvil para ayudar a conservarlo en mi memoria. 'Tía Benina', 93 años de plantarle cara a la vida. Descansa en paz. Te lo mereces. Vives en nuestro recuerdo. Allá donde vayas, espero que tengas acceso a un pedazo de tierra donde puedas enseñar el arte de plantar patatas.


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