lunes, 9 de octubre de 2017

CIVILIDAD EN "EL OBJETIVO": QUE NADIE HUMILLE A CATALUÑA


Félix Maraña

Asistí atento anoche al coloquio de La Sexta, conducido por Ana Pastor. Me quedo con el mensaje general de cordialidad de los cuatro colegas (Vera, Gabilondo, José Antonio Zarzalejos y Enric Juliana Ricart), haciendo consideraciones sobre la realidad de Cataluña y, sobre todo, invitando a contener los sentimientos inmediatos y aplicar la cordura, el diálogo, la palabra de respeto. Me gustaron los cuatro. Y resalto algo que pidieron, tanto Juliana como Zarzalejos: que nadie humille a Cataluña. Que nadie humille a nadie. Convenir no es claudicar en ningún principio, sino acordar: acercar los corazones a la razón. Zarzalejos, que fue director de mi periódico, además de insistir en la necesidad de respetar la ley, dijo algo que viene diciendo hace mucho tiempo en sus escritos: que hay que respetar la realidad. Para respetar la realidad hay que conocerla y no se puede desconocer la cuestión política de fondo. Si el gobierno de España no conoce la esencia de la cuestión, es muy grave, y, si la conoce, y actúa como ha actuado, o no actúa, no es menos grave. Vuelvo a repetir lo que dije en días pasados: cuidado con el lenguaje, que las palabras no son nunca inocentes. Civilidad y concordia. Y dejar que actúe la política y replegar las banderas. [Por cierto, del coloquio de ayer me gustó hasta Ana Pastor, que dejó hablar, va mejorando. No se atrevió a decir a los colegas que respondan con un sí o un no. Es posible que la crisis en Cataluña cure, incluso, a Ana Pastor, lo que ya sería un avance].

DdA, XIV/3658

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