Félix Maraña
Asistí atento anoche al coloquio de La Sexta, conducido por Ana Pastor.
Me quedo con el mensaje general de cordialidad de los cuatro colegas
(Vera, Gabilondo, José Antonio Zarzalejos y Enric Juliana Ricart),
haciendo consideraciones sobre la realidad de Cataluña y, sobre todo,
invitando a contener los sentimientos inmediatos y aplicar la cordura,
el diálogo, la palabra de respeto. Me gustaron los cuatro. Y resalto
algo que pidieron, tanto Juliana como Zarzalejos: que
nadie humille a Cataluña. Que nadie humille a nadie. Convenir no es
claudicar en ningún principio, sino acordar: acercar los corazones a la
razón. Zarzalejos, que fue director de mi periódico, además de insistir
en la necesidad de respetar la ley, dijo algo que viene diciendo hace
mucho tiempo en sus escritos: que hay que respetar la realidad. Para
respetar la realidad hay que conocerla y no se puede desconocer la
cuestión política de fondo. Si el gobierno de España no conoce la
esencia de la cuestión, es muy grave, y, si la conoce, y actúa como ha
actuado, o no actúa, no es menos grave. Vuelvo a repetir lo que dije en
días pasados: cuidado con el lenguaje, que las palabras no son nunca
inocentes. Civilidad y concordia. Y dejar que actúe la política y
replegar las banderas. [Por cierto, del coloquio de ayer me gustó hasta
Ana Pastor, que dejó hablar, va mejorando. No se atrevió a decir a los
colegas que respondan con un sí o un no. Es posible que la crisis en
Cataluña cure, incluso, a Ana Pastor, lo que ya sería un avance].
DdA, XIV/3658
No hay comentarios:
Publicar un comentario