lunes, 11 de septiembre de 2017

JORDI ÉVOLE: AQUÍ VA A PILLAR HASTA EL APUNTADOR


Jordi Évole: "Los equidistantes homenajeamos a Allende para contraprogramar la Diada"

Decenas de personas se han acercado a la Plaza Salvador Allende de Barcelona para homenajear al presidente chileno, derrocado por el golpe de estado militar de Pinochet. Como es tradicional en la Diada catalana, Barcelona ha vuelto a recordar al político socialista.
En esta ocasión, el periodista Jordi Évole ha participado en el acto organizado por el Centre Salvador Allende. "Un año más, los equidistantes homenajeamos a Allende para contraprogramar la Diada", ha explicado Évole durante su intervención. El Ayuntamiento de Barcelona también ha tenido representación en el homenaje de la mano de su alcaldesa, Ada Colau, y su segundo teniente de alcaldía, Jaume Collboni. La Alcaldía de Barcelona volvió en 2015 al homenaje a Allende, cuatro años después de su última participación. Durante el mandato de Xavier Trias no hubo representación del Gobierno municipal en los actos de recuerdo. También había representación del Govern, encabezado por el conseller de salut, Antoni Comín.

Jordi Évole
El Periódico de Catalunya

Entre el esperpento del Parlament y el esperpento de Valls, vamos apañados. Y todavía quedan tres semanas. Suerte que lo de Valls los vecinos lo convirtieron en un carnaval. Pero lo del Parlament fue el funeral de una forma de hacer política. Unos alargando la sesión para que quedasen claras las triquiñuelas de los 'indepes' para aprobar sus leyes. Y los 'indepes' deseando pasar esa eliminatoria, porque lo importante es llegar a la final, aunque en 'semis' marques el gol con la mano y en fuera de juego. Saben muy bien que si ganan la Champions nadie recordará cómo llegaron a la final. Y que para jugadas poco reglamentarias, las del Tribunal Constitucional.

Hubo un episodio que da para que Cercas escriba 'Anatomía de otro instante'. El abandono de los diputados antes de votar, buscando la foto del hemiciclo medio vacío. La teatral colocación de banderas españolas y catalanas en sus escaños por parte de los del PP. Y la posterior retirada de las españolas por parte de una diputada de CSQEP. Entendiendo su reivindicación republicana, digo yo: ¿que no se habían retratado suficiente los populares con su acción?, ¿qué se hubiese dicho si la bandera retirada hubiese sido la catalana?

Por cierto, qué buena oportunidad perdieron las diputadas de la CUP de coger las banderas que les entregaron y devolverlas a su sitio. Le hubiesen roto la cintura a todo el mundo. Y su gesto hubiese sido lo más antisistema de los últimos tiempos, porque lo que más le interesaba al sistema era que alguien retirase las banderas españolas. Y, por si faltaba algo, para celebrar la victoria después de un partido bronco, el canto de 'Els Segadors'. ¿No habíamos quedado que este no era un movimiento identitario? Pues toma, himnos y banderas cuando se aprueban leyes.

El sábado intenté olvidarme un poco de todo y me fui a la presentación del libro 'Cada mesa un Vietnam. Sobre el oficio del periodismo', con Enric González y Claudi Pérez. Les preguntaron que si les preocupaban las críticas que ahora se lanzan a saco desde las redes sociales. Y con sorna y tras un silencio, Enric contestó que no. Que no había que estar pendiente del fragor del estadio. Que los periodistas teníamos que hacer nuestro camino sin estar mirando a la gradas. Pensé que igual estábamos sobredimensionando lo que se nos dice, aunque vayamos a linchamiento diario. Un dia le toca a Pérez Andújar, otro al Roto, el siguiente a Empar Moliner, el otro a EL PERIÓDICO, y acaba pillando hasta el 'Ara'. Aquí va a pillar hasta el apuntador. Igual deberíamos obviar el fragor de la grada, de los fondos sur, de los que nos quieren imponer sus pensamientos únicos, y seguir a lo nuestro.

En medio de tanta crispación, dos noticias: la Academia de Cine selecciona la peli catalana 'Estiu 1993' para los Oscar. Y los Manel triunfan en un concierto multitudinario en Madrid con el público tarareando sus canciones en catalán. Tengo tan pocas ganas de independizarme de esa España, como de independizarme de cierta Catalunya. Y viceversa.

DdA, XIV/3632

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