miércoles, 10 de mayo de 2017

NICOLASA BLAS, IN MEMORIAM

Nicolasa Blas Santamaría word press 

Natural de Madrid, hija de Francisco y Pascuala. Nicolasa fue encarcelada en las prisiones de Ventas, Saturrarán, Amorebieta y Málaga. Ingresó el 01-06-41 con 25 años de edad. Vecina de Prosperidad. Sus juicios sumarísimos son los nºs: 5.980 y 61078. Falleció en prisión el 25 de junio de 1945 a consecuencia de un supuesto “shock post-operatorio” (Jamás hubo tal operación. La familia supo que fueron las palizas recibidas ya que la propia Nicolasa se lo dijo antes de fallecer).
Miliciana Socialista y republicana. No tuvieron necesidad de fusilarla. Murió en la cárcel de ventas el 25 de junio de 1945, a los 29 años, ciega y medio loca, reventada a palizas. Con ella, Paco, Chon, Bonifacio, Guillermo, Juan y Ángel sufrieron cárcel, enfermedades y penalidades por defender la legalidad republicana y la Constitución Española. Con ella, Paca, Amparo, Rufa, Consuelo, Ricardo, Boni, Manola, Concha, Isabel, Antonio, Juan, Chelo y Pascuala sufrieron dolor, injusticias, soledad y hambre, mucha hambre. Yo, Isabel Blas, los tendré siempre en mi memoria, como un ejemplo de dignidad, honestidad, valentía y bondad.
La autora Mercedes Núñez, en la página 21 de su libro Cárcel de Ventas, publicado en París, en la colección Ebro de Editions de la Librairie du Globe, en 1967, recoge el siguiente texto sobre ella: “¡Muchacha, tú no tienes la menor idea de lo que es el fascismo! ¡Y qué les importa a ellos la legalidad! A la Nico, una de la tercera derecha, le dieron la libertad. ¡Valiente libertad! En la misma puerta la esperaban unos señoritos falangistas con un coche, se la llevaron a un local de Falange y allí la molieron a palos. ¡Siete energúmenos pegándola! Total: la Nico, que era fuerte como un roble, volvió en camilla, ciega. La vista le volvió poco a poco, aunque no del todo, pero jamás ha podido volver a enderezarse y a los veintiséis años, anda encorvada como una vieja. Además, de cuando en cuando le dan como ataques de locura y tienen que sujetarla, porque no conoce a sus compañeras y cree estar en el local de Falange. “¡Cobardes –les grita– que os ponéis a siete para pegar a una mujer!”. Y como la Nico, tantas y tantas…”

En la imagen, texto de la esquela publicada por la familia en el diario El País.

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