Félix Población
Todos los expertos coinciden en señalar que Messi
es uno de los mejores futbolistas que ha habido en la historia de este deporte.
Gracias al inmenso y en ocasiones sucio negocio en que ha derivado el mismo, también es uno de los
mejor pagados en el mundo.
El Tribunal Supremo confirmó ayer la
sentencia de la Audiencia de Barcelona que condenó a Leo Messi a 21 meses de
cárcel por tres delitos de fraude fiscal en sus declaraciones de IRPF
de los ejercicios 2007, 2008 y 2009. (Hay imágenes en las que se ve al
respetable aclamar al delincuente al entrar en la Audiencia). El alto tribunal desestimó el recurso del
jugador, que ya obtuvo una rebaja de la pena por abonar los 4,1 millones que dejó
de ingresar en la Hacienda española. Además de la pena a prisión, la condena
incluye multas de 2 millones de euros al futbolista y de 1,3 millones de euros
a su padre.
Muchos contribuyentes, a los que nos gusta el
fútbol y admiramos a Messi como futbolista, no podemos evitar nuestro mayor
desprecio hacia su persona como ciudadano. Puede que, cada vez que nos asombre
en los terrenos de juego con su resolutivos regates, algunos olviden su
delictivo comportamiento con la hacienda pública y, por lo tanto, con cuantos
colaboran con sus impuestos honradamente, entre los que están tambiėn los que le
aplauden.
Hasta es posible que al término de su exitosa y
multimillonaria vida deportiva únicamente se tengan en cuenta sus singulares
aptitudes como jugador. Personalmente siempre será para mí un extraordinario
futbolista y un indecente ciudadano. Que su mal ejemplo ocurra en un país que
asquea por su corrupción día tras día y en la Cataluña que tuvo como molt honorable
president durante dos décadas a Jordi Pujol, hace que sobreabunde más en esa ciénaga.
Cuando evadir es deporte
Gustavo Veiga, Página/12
Son como ollas a presión que estallan en simultáneo en varias partes
del mundo. Lionel Messi recibe la confirmación de una condena a 21 meses
de prisión por evasión en España. Las casas de Angel Di María y Javier
Pastore en Francia son allanadas por presunto fraude fiscal. Dirigentes
del fútbol y deportistas aparecen en los Panamá Papers. Las
consecuencias todavía presentes del escándalo FIFA derivan en múltiples
detenciones que incluyen a empresarios de medios de comunicación como
Alejandro Burzaco. Un ex agente de futbolistas como Gustavo Arribas –hoy
máximo funcionario del área de Inteligencia– está salpicado por los
sobornos del Lava Jato.
Todo tiene que ver con todo. Sucede en un gran escenario donde la
doble moral domina el partido desde hace décadas. Solo mencionamos los
casos de Argentina y su juego multitudinario, porque de por sí son
ilustrativos. Pero hay más ejemplos y se cuentan por decenas. Desde
Estados Unidos a Brasil o de Suiza a Inglaterra. La corrupción es
estructural, como los alcances nocivos del capitalismo salvaje. Y ese
capitalismo salvaje gobierna la lógica del fútbol y el deporte en
general. Determina o condiciona sus reglas, contamina casi todo lo que
toca, permite un libre albedrío donde los que tienen más, quieren más.
Convierten en hojarasca cualquier tentativa institucional y legal para
darles caza a los sobornados, evasores y ocultistas de negocios
sospechados. El sistema financiero internacional los torna escurridizos,
volátiles. Hay demasiadas guaridas fiscales para esconderse.
Se dirá: pero si Messi y su padre recibieron condenas a prisión en
suspenso y terminaron de pagarle al fisco español unos 5 millones de
euros que incluyen los intereses por su fraude. También se recordará que
el FBI investigó, detuvo y logró las confesiones de decenas de
dirigentes de la FIFA en un proceso que aún sigue abierto. Estos dos
casos son la coartada perfecta. Supone que el rumbo planetario del
castigo no tiene desvíos. Y paga quien tiene que pagar. Pero no hay que
caer en la trampa.
Para la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) en
2016 la evasión fiscal de la región llegó a 340.000 millones de
dólares. Es solo un botón de muestra que incluye a ésta, nuestra parte
del mundo y su problemática. El estudio concluye que la mayoría de los
flujos ilícitos de dinero se dan con Estados Unidos y China. Son datos
para analizar del mercado global. Uno más va en la posdata de esta
columna. El presidente de la UEFA, el esloveno Aleksander Ceferin,
reconoció en diciembre pasado que la evasión fiscal en el fútbol es “un
gran problema”.
DdA, XIV/3545
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