Félix Población
Desconozco la personalidad y profesionalidad del matrimonio formado
por Timothy Clark/Anne Wagner. Es de suponer que si han sido los responsables
del comisariado de la exposición Piedad y
terror en Picasso. El camino a Guernica que se presenta en el Museo Reina
Sofía de Madrid, ambos tengan conciencia de lo que representó esa obra en su
día. Pero me temo que no, no sé si porque hasta ellos ha legado la Ley Mordaza con carácter retrospectivo.
El Ministerio de Cultura, del que depende la
celebración de esa exposición, ha preferido que Clark y Wagner sufran uno de
esas afecciones de amnesia a las que es tan proclive el gobierno de la nación y
sus medios afines con nuestra memoria histórica democrática. Nada se dice al curioso espectador de la gestación del Guernica,
realizada por el pintor entre los meses de mayo y junio de 1937 como
consecuencia de la indignación y el horror que le produjo el bombardeo de
Guernica por parte de la Legión Cóndor nazi, aliada de Franco en la Guerra de
España. Tampoco se recuerda que el cuadro fue expuesto por primera vez ese año en el pabellón español de la Segunda República de la Fería Internacional de París.
Esos ocho por tres metros y medio de reflexión, expresión y sentimiento
plástico contra la barbarie fascista no constan como motivación ilustrada para
el visitante de la muestra. El citado museo, según leo en El Español, ha eliminado
(supongo que temporalmente) el relato que hasta ahora mantenía expuesto -en el que se
incidía en la impresión que aquel hecho histórico tuvo en la sensibilidad del
artista-, optando el matrimonio aludido por un relato meramente formal y
estético, sin apenas referencias al conflicto armado.
Parece como si el pintor
malagueño hubiera llegado a crear esa obra por una simple evolución plástica,
ajena a lo que comportó en su día como reflejo de la represión franquista y, por extensión, de las masacres civiles que comporta cualquier guerra. En cuanto al documental
La villa vasca de Guernica después de los bombardeos del 26 de abril de 1937,
hasta ahora proyectado en la sala donde se exponía la obra, ha pasado a ocupar
una sala arrinconada, la única donde podemos tener una referencia al origen
político y social del Guernica.
Llama la atención, según indica el redactor del
citado diario, que en la depedencia donde se exhibe la pintura hay un significativo cartel redactado por el comisariado de la muestra donde se lee lo que sigue: “A veces, en la obra de Picasso, una brutalidad horripilante
domina el espacio del cuadro”. Como si esa brutalidad fuera ajena al contexto
histórico y al terrible acto de barbarie que originó la gestación de la obra.
DdA, XIV/3504
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