Félix Población
Ningún
político actual en España es capaz de sumar 26 minutos de publicidad durante la
emisión de una entrevista en un plató de televisión. Ayer lo consiguió de nuevo
el líder de Podemos en La sexta noche, a propósito de la inminente presentación de una moción de censura al actual gobierno, con interrupciones
tan ridículas como plantearle una pregunta e intercalar a continuación varias pausas publicitarias.
El tornadizo Patxi López, que pasó ayer también por el mismo plató al principio
del programa, quedó muy lejos de esa marca.
Dos periodistas, Lucía Méndez e
Hilario Pino, fueron los encargados de plantearle las preguntas a Pablo
Iglesias, sin que en ningún momento supusieran dificultad alguna para el
entrevistado, más que nada porque ambos periodistas formularon cuestiones con
muy poca enjundia -reiterativas en algún caso-, que llevaron a Iglesias a
repetirse en sus explicaciones. Me ha sorprendido especialmente que mi estimada
Lucía Méndez estuviera tan poco inspirada, pues me consta su contrastada profesionalidad y
perspicacia como analista política.
No tiene esas cualidades el presentador del
programa -a pesar de su experiencia en el mismo-, que no sintió el mínimo
bochorno en introducir unas palabras del expresidente de la Comunidad de Madrid
-relativas al cuento de la financiación bolivariana de Podemos-, para que Iglesias las
rebatiera sin inmutarse con la trama que ha llevado a González a la cárcel, entre otras cosas por
tratar de comprar a funcionarios corruptos del
gobierno de aquel país.
Una vez más lamento que el periodismo ejercido en La
Sexta –por muy crítico que pretenda ser con el secretario general del partido
morado-, no esté a la altura de la capacidad política e intelectual de un
entrevistado que se crece en concepto y forma, precisamente, cuando más
dificultades se le plantean en el cuestionario. Pareciera que más allá de hacerle preguntas tan parvularias como si se cree mejor presidente que don Mariano (Pino), en las que Iglesias pudiera resbalar a cuenta de su ego, o
tratar de afearle sus ásperas intervenciones en el Congreso (Méndez), los informadores no encontraran otra
materia -salvo Venezuela o Errejón- para ser incisivos.
Mucho me temo que estos profesionales -los mismos siempre en los platós televisivos, como si fuera imposible renovarlos- purguen la
rutina de tratar con políticos en extremo convencionales, pura retórica yerma,
y con Pablo Iglesias no supieran o no pudieran hacer otra cosa que facilitar a
este la reiteración en sus respuestas, tal como ocurrió ayer, con un manifiesto desaprovechamiento de su personalidad no sólo como político con una nueva visión del país y una indudable capacidad de comunicación, sino como politólogo con una cualificada formación académica.
DdA, XIV/3523
6 comentarios:
Me parece formidable que el enemigo invite a una persona con razonamiento ,para defender al pueblo,de mas es decir que la mentira y el engaño desgracia de la que cuentan los dueños de una parte de este hermoso pueblo,terminan haciendo el ridiculo delante del futuro presidente Español
Los periodistas de la sexta están a la misma altura de los políticos que frecuentan.otro periodismo tiene que ser posible.
Los periodistas con todos mis respetos muy malos profesionales. Me hubiera gustado ver a Jesús Maraña o a Ignacio Escolar y no a estos dos que no demostraron en ningún momento estar a la altura del entrevistado y les gano por tantos el partido
Lucía, ni se puede ser tan reiterativa...y mal informada...quefastes a cuadros.
Totalmente de acuerdo, amigo...
Periodismo chabacano y de gran pobreza intelintelectual. De verdad que da mucha pena el nivel mediático y político de este pais.
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